Se explica que para su estreno como director y productor Depp se trabaje la película casi en solitario, con una intervención especial y muy triste de Marlon Brando. Hay decenas de escenas de él, pensativo, en silencio, quizá porque no hay nada que decir. Parece más bien un ejercicio de narcisismo.
La trama es de una sola idea: ofrecer la vida por su familia. Pero tan estirada y tan inmóvil que resulta aburrida. Además es muy larga y transcurrida una hora no ha ocurrido apenas nada. O lo que se cuenta es simple relleno. Solo en el último cuarto de hora la película cobra un cierto interés. En conjunto, un fiasco. Quizá por eso hasta hoy, 2021, Depp no ha repetido la experiencia.
El entorno es sórdido y a veces parece la parada de los monstruos.