"Fargo" es un producto modélico. Y lo es gracias a que esta poblada a mucha de las virtudes de las series modernas. Visualmente es poderosa e imaginativa. Su puesta en escena es atractiva, sacando un gran partido de los paisajes nevados donde transcurre la serie.El montaje no es siempre lineal, para ello establece saltos en el tiempo, no para deslumbrar al espectador sino al servicio del desarrollo de la historia. El guión cuenta con asombrosos giros que permiten avanzar la trama adecuadamente. La composición de los personajes es muy compacta y funcionan como vehículo para establecer un dialogo permanente entre el bien y el mal, entre lo perverso y lo puro, entre la negrura y la ternura. En definitiva, un pulso entre lo mezquino y lo ético. Como la vida misma.