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Voto de VALDEMAR:
86.231
Thriller. Acción. Drama. Cine negro
Durante el día, Driver (Ryan Gosling) trabaja en un taller y es conductor especialista de cine, pero, algunas noches de forma esporádica, trabaja como chófer para delincuentes. Shannon, su jefe, que conoce bien su talento al volante, lo mismo le busca directores de cine y televisión que criminales que necesiten al mejor conductor para sus fugas, llevándose la correspondiente comisión. Pero el mundo de Driver comienza a cambiar el día en ... [+]
17 de octubre de 2011
7 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Extraña, difícil de catalogar. Tal vez, descatalogada.
El arranque no puede ser más prometedor. Secuencia larga e intensa. Y luego los créditos. Caray, han vuelto los 80. Musiquilla pop y rótulos de neón rosa. No queda mal, pero queda raro.
De ese prólogo, se intuye ya lo que va a ser el mayor lastre de la película: su protagonista. El personaje es un tío hermético, de los hablan poco y se callan lo mejor, pero el prota es un actor inexpresivo con cara de panoli. Yo, personalmente, no me lo creo.
Si te gustan los coches y las persecuciones trepidantes, no dudes que esta es tu película. Las secuencias de acción no son muchas, pero son hipnóticas. Buenas y pocas, qué más se puede pedir.
También tenemos historia de amor. Insulsa y anodina como sus protagonistas. La Mulligan, personalmente, también me parece una petarda. ¡Qué insipidez de pareja! Es una historia de amor funcional, sin azúcares añadidos, aunque sin química ni física.
Pero lo más llamativo de Drive, eso por lo que encuentro la peli difícil de catalogar, es su violencia. Extrema, pegajosa y sangrienta. Los que vayan a ver a la pareja de petardillos haciéndose miraditas trémulas y se encuentren con estos ríos de sangre, se van a quedar estupefactos. Los consumidores de palomitas no están hechos para ver cráneos reventados a patadas ni ojos atravesados por cubiertos.
Es una buena película, rodada con maestría y pulcritud, pero no entiendo qué pretendía el director ni a qué público está dirigida.
El arranque no puede ser más prometedor. Secuencia larga e intensa. Y luego los créditos. Caray, han vuelto los 80. Musiquilla pop y rótulos de neón rosa. No queda mal, pero queda raro.
De ese prólogo, se intuye ya lo que va a ser el mayor lastre de la película: su protagonista. El personaje es un tío hermético, de los hablan poco y se callan lo mejor, pero el prota es un actor inexpresivo con cara de panoli. Yo, personalmente, no me lo creo.
Si te gustan los coches y las persecuciones trepidantes, no dudes que esta es tu película. Las secuencias de acción no son muchas, pero son hipnóticas. Buenas y pocas, qué más se puede pedir.
También tenemos historia de amor. Insulsa y anodina como sus protagonistas. La Mulligan, personalmente, también me parece una petarda. ¡Qué insipidez de pareja! Es una historia de amor funcional, sin azúcares añadidos, aunque sin química ni física.
Pero lo más llamativo de Drive, eso por lo que encuentro la peli difícil de catalogar, es su violencia. Extrema, pegajosa y sangrienta. Los que vayan a ver a la pareja de petardillos haciéndose miraditas trémulas y se encuentren con estos ríos de sangre, se van a quedar estupefactos. Los consumidores de palomitas no están hechos para ver cráneos reventados a patadas ni ojos atravesados por cubiertos.
Es una buena película, rodada con maestría y pulcritud, pero no entiendo qué pretendía el director ni a qué público está dirigida.
