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España España · Madrid
Voto de triforme:
7
Drama Año 30 de nuestra era. En la provincia romana de Judea, un misterioso carpintero llamado Jesús de Nazareth comienza a anunciar la llegada del "reino de Dios" y se rodea de un grupo de humildes pescadores: los Apóstoles. Durante siglos, el pueblo judío había esperado la llegada del Mesías - personaje providencial que liberaría su sagrada patria e instauraría un nuevo orden basado en la justicia-. Las enseñanzas de Jesús atraen a una gran ... [+]
3 de septiembre de 2013
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los cristianos tienen fama (bueno, tenemos) de ser bastante quejicas. Eso es un hecho. Yo la verdad es que no soy practicante, quiero decir que nunca he puesto una inyección en mi vida, me da mucha grima. Pero hay por ahí multitud de cristianos que se escandalizan, que se escandalizan por doquier, diría yo. Cristianos a los que siempre les parece un insulto esto o aquello, y el cine ha sufrido sus iras en más de una ocasión.

Por eso hay que agradecerle a Mel Gibson la realización de esta película. Porque la verdad es que es cuando menos reconfortante, ver que por una vez sucede justo lo contrario. A todos esos cristianos habitualmente iracundos con el séptimo arte les encanta esta película. Pregúntenle a cualquiera, ¡no falla! Todos te dicen lo mismo: “hay mucha sangre, sí, pero es que fue así como ocurrió. Si pone en la Biblia que le dieron ochenta y siete latigazos, pues se ven ochenta y siete latigazos, uno detrás de otro. Es un peliculón, es una recreación fidedigna”, que ahí es cuando te preguntas en qué Evangelio se han basado, porque a lo mejor Pedro dice quince, Mateo cuatro, y Marcos ocho por la mañana y doce por la tarde, pero ese es otro tema.

En cambio un buen número de la gente no cristiana, ya saben, ateos, infieles, perroflautas, rojillos de diferente pelaje y gente de mal vivir en general, acabaron muy escandalizados tras visionar la carnicería de las últimas horas de Jesús, y pusieron el grito en el cielo. ¡Antisemita!, le llamaron al pobre Mel desde los sectores más judaicos de Hollywood y New York, ¡panfletario! bramaron algunos desde otras tierras, tildando a la Biblia de panfleto en un arrebato sacrílego.

Yo reconozco que a mí estas cosas me divierten. Por mi parte, diré que la película me gustó bastante. Técnicamente me pareció irreprochable, y su ritmo, más allá de la sangría, es muy bueno. Además tenía mi arameo muy oxidado y me ayudó a recordarlo un poco. Deberían hacer más películas en arameo. Habrá que preguntar en la Generalitat los procesos a seguir en el Capitolio para obligar a los cineastas de Hollywood a hacer un cupo mínimo, que estas lenguas no deben perderse y en España últimamente ni juramos en arameo ya.
triforme
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