Media votos
2,0
Votos
4
Críticas
4
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Otilio:
1
5,5
4.983
Comedia. Romance. Drama
Un matrimonio estadounidense acude al Festival de cine de San Sebastián por trabajo de ella. El marido, Mort, sospecha que su mujer está teniendo un affaire con un joven y aclamado director de cine francés. Pero su preocupación disminuye cuando se encapricha de una atractiva médico española que le trata en una consulta. (FILMAFFINITY)
7 de junio de 2021
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace ya más de dos décadas, que W. A. año tras año, se dedica a firmar (sic), películas carentes de interés incluso para él mismo, como bien dijo en una entrevista. Y, por alguna razón difícil de entender, los críticos y algún que otro fan acérrimo de su cine, siguen yendo a verla, a pesar de su insistente decepción, mientras el público hace tiempo que le dio la espalda (primero los americanos, y poco a poco los europeos).
W.A. se ha convertido, con el paso del tiempo, en un vendedor de baratijas que abre su puesto muy a pesar suyo, porque no le queda más remedio que pagar las facturas, y cuando termina de vender ese collar o pulsera supuestamente hecho de forma “artística”, cierra el quiosco y se va a hacer más.
El cine, por llamarlo de alguna forma, de W. A. se compone de historias hilvanadas de forma rutinaria, con desgana, sin preocuparle lo más mínimo el resultado, y con el único deseo, por parte del “director”, de terminar cuanto antes para irse a tocar el clarinete.
R. F. es la última baratija de W.A. que uno compra, no sabe muy bien por qué, y luego olvida o pierde en cualquier cajón. R. F. es una película de usar y tirar, algo totalmente prescindible, que olvidamos nada más levantarnos de la butaca, al mismo tiempo que murmuramos: “Por Dios, qué rollo”.
W.A. se ha convertido, con el paso del tiempo, en un vendedor de baratijas que abre su puesto muy a pesar suyo, porque no le queda más remedio que pagar las facturas, y cuando termina de vender ese collar o pulsera supuestamente hecho de forma “artística”, cierra el quiosco y se va a hacer más.
El cine, por llamarlo de alguna forma, de W. A. se compone de historias hilvanadas de forma rutinaria, con desgana, sin preocuparle lo más mínimo el resultado, y con el único deseo, por parte del “director”, de terminar cuanto antes para irse a tocar el clarinete.
R. F. es la última baratija de W.A. que uno compra, no sabe muy bien por qué, y luego olvida o pierde en cualquier cajón. R. F. es una película de usar y tirar, algo totalmente prescindible, que olvidamos nada más levantarnos de la butaca, al mismo tiempo que murmuramos: “Por Dios, qué rollo”.