Ghost in the Shell se centra en un futuro no muy lejano, donde la robótica tiene una gran importancia. La protagonista es una cyborg llamada Kusanagi que trabaja para la sección 9 del gobierno. Kusanagi es una máquina de guerra que ya le gustaría a cualquier héroe de acción moverse, disparar y golpear como nuestra protagonista, implacable con cualquier objetivo que le pongan. Su superior le encarga perseguir a un conocido hacker que está sembrando el terror en el país.
Impresionante película que nos cuenta Mamoru Oshii con la ayuda en el guión de Kazunori Itô. Una historia no apta para niños, por su complejidad en los diálogos y por sus escenas de acción muy detalladas y realmente buenas. La música es fantástica, utilizada en los momentos adecuados como en una de las escenas finales.
Muy amena ya que no introduce ningún diálogo absurdo, ninguna parte sobra y tampoco echo en falta nada.
Ghost in the Shell es una película de ciencia ficción futurista, aunque en algún aspecto sí que se parece al presente, como es el caso de la corrupción en algunos sectores del gobierno. La representación de lo que puede ser la inteligencia artificial está muy bien detallada, incluso llegando a utilizarse en humanos.
Finalmente, la parte más importante son las cuestiones filosóficas que nos plantea, por esto el nombre de mí crítica. Esa similitud con Blade Runner, en la cual nos hace cuestionarnos sobre ciertos aspectos el alma humana, y nuestro futuro acompañado de la inteligencia artificial.
Un aspecto bastante negativo es que no existe conexión entre los personajes y el espectador, da exactamente igual lo que les suceda, que mueran o vivan, que amen o odien da exactamente igual en la historia.