T.E. Lawrence (O'Toole) es un arqueólogo reclutado por el servicio secreto británico para obtener información de interés militar en Oriente Medio. En El Cairo, en una escena preciosa e hipnótica, sopla la llama de una cerilla hasta fundirse, mediante una elipsis, con el enorme desierto árabe.

Las películas de Lean deslumbraban a la gente con sus paisajes. En esta obra, lo consigue gracias a un desierto que se nos muestra como un lugar hospitalario y peligroso, donde se pone a prueba la capacidad de subsistencia del ser humano. El director inglés lo acaba convirtiendo en el protagonista principal.

'Lawrence de Arabia' es una reflexión de la integración del hombre en la naturaleza. En su viaje ante la soledad del vacío, nos hace gozar de una magnífica experiencia sensorial gracias a una narración cuidada y clasicista, rica en detalles y empapada por un cínico romanticismo.

El particular descenso a los infiernos de T.E. Lawrence es una metáfora de esta sociedad globalizada. Nuestro aventurero acude al desierto en busca de ambiciones y se topa con un universo en llamas. Como la de aquella cerilla que sirvió para vislumbrar el desierto y el ardor del sol árabe.