Sí, por más que muchos puedan considerar este experimento como una película de culto -en algún sentido, sin duda lo es-, con esa metodología surrealista, tan parecido a decir "onírico", es decir, un buceo lo más mecánico posible en el mundo del subconciente, sin la injerencia -en lo posible- de consideraciones racionales o del ámbito de la conciencia, la película termina siendo un esperpento que revela los aspectos más asquerosos de la mente humana, sin ninguna concesión al buen gusto. Una dama bonita y sonriente a la que se le abre bien los párpados de uno de sus ojos, y a la que se le rebana en dos el globo ocular, cortándolo con un cuchillo por la mitad, horizontalmente, entre otras escenas de elevado sadismo, dan por resultado un film sin hilación, donde se suceden escenas a cual más repugnante. Habrá quien considere ésto arte, los surrealistas considerarán a Buñuel uno de sus semidioses por este engendro, pero bueno, lo cierto es que en este mundo hay para todo. El hecho de que sea corta, tal vez signifique que el sadismo de sus autores quedó satisfecho o les pareció que prolongarla era demasiado. No lo sé. Lo real es que esta película es bastante revulsiva y -en mi opinión-, ciertas escenas que pueden resultar de gusto discutible en un cuadro -de la escuela surrealista- son más tolerables que en una película, donde el efecto sin dudas se intensifica.