Últimamente me estoy aficionando al cine argentino por su forma agridulce de relatar historias, tan reales y crudas con un extraordinario sentido del humor. No esperaba menos de esta película, que ya prometía con un actor como Ricardo Darín (cuyas interpretaciones me conmueven), y no me ha decepcionado.
En el film vemos a un Rafa en plena crisis de los 40, completamente distanciado de su familia y ahogado hasta el cuello por su trabajo. La trama se desarrolla mostrando pequeños detalles, apreciaciones de la vida de este hombre cuarentón que podría ser cualquiera, hasta vernos sumidos con el en un pozo sin fondo, situación que el director resuelve de la mejor forma posible.
Contada de manera veraz y con unos diálogos que cautivan por su sencillez e ingenio. Película 100% recomendable que nos invita a reencontrarnos con nosotros mismos y nuestros seres queridos cuando sintamos que hemos perdido el rumbo