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Voto de Ghibliano:
9
8,0
70.716
Animación. Fantástico. Aventuras Con el fin de curar la herida que le ha causado un jabalí enloquecido, el joven Ashitaka sale en busca del dios Ciervo, pues sólo él puede liberarlo del sortilegio. A lo largo de su periplo descubre cómo los animales del bosque luchan contra hombres que están dispuestos a destruir la Naturaleza. (FILMAFFINITY)
21 de marzo de 2010
23 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es mi segunda crítica sobre la película. En la anterior incidía en el hecho de que fuera mi primer anime visto de forma más o menos seria, y claro, al final me centré en la anécdota y dije más bien poco de ella.

“La princesa Mononoke” es una de mis tres películas favoritas del Studio Ghibli, y eso es sinónimo de obra maestra. Poca cosa podría destacar del lado negativo, tal vez que le cuesta arrancar la historia y que el final no termina de ser tan redondo como debería (por un detalle que comento en spoiler).
En cambio, sus aciertos, tanto técnicos como narrativos, son muy numerosos. Ésta es una de las obras en las que más se nota la filosofía de su autor; toda ella parece una especie de reivindicación definitiva del ideal conciliador que siempre ha acompañado a su filmografía.
Es un hecho que no se puede hablar de ecologismo en el cine sin nombrar a Hayao Miyazaki. Lleva treinta años diciendo lo mismo en sus películas y no ha tenido la necesidad de cambiar su mensaje, y eso es porque, por encima de planteamientos obvios sobre la destrucción de la naturaleza y sus consecuencias, entiende que detrás de cada personaje hay una historia, que los malos malísimos no existen en la vida real y que la redención es una pieza clave. Que el conflicto no puede acabar con un vencedor y un vencido, al contrario: se ha de recuperar el vínculo que une a ambos bandos, para que aprendan a convivir en paz.
En el caso de esta película, esto se hace completamente explícito en sus personajes. Lady Eboshi, por ejemplo, trata de destruir el bosque a toda costa, pero no lo hace porque odie al resto de seres vivos ni por despotismo sino sencillamente porque de esa manera pretende ayudar a los suyos a progresar. Detrás de su carcasa de mala de la película, está alguien que acoge a los leprosos de la ciudad y que hace funcionar su propio mundo ganándose la admiración de sus súbditos. En el otro bando tampoco es todo de color de rosa. Vemos cómo los animales y los dioses del bosque actúan movidos antes por una venganza ciega por el daño sufrido que por tratar de buscar una solución al conflicto. Su punto de vista está justificado y es fácil de entender, pero sus actuaciones, lejos de terminar con el problema, lo acrecentan aún más.
“Mononoke” no crea simpatías hacia un bando o hacia otro; eso sería contraproducente. En su lugar, presenta a un personaje como Ashitaka que se encuentra una situación tensa y una guerra a punto de declararse, que pasa un tiempo conociendo las motivaciones de ambos y que en todo momento aboga por la reconciliación y la convivencia. Parece bastante claro que Miyazaki quiere que veamos el conflicto en sus ojos, y que identifica su mensaje en él, aunque no por ello está exento de matices que revelan que su personalidad tiene ciertos defectos; el más evidente tal vez es el hecho de que, cuando se ve obligado a matar a alguien para defenderse, no parece mostrar demasiados remordimientos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghibliano
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