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Voto de Ghibliano:
6
8,2
54.935
Drama. Fantástico
George Bailey (James Stewart) es un honrado y modesto ciudadano que dirige y mantiene a flote un pequeño banco familiar, a pesar de los intentos de un poderoso banquero por arruinarlo. El día de Nochebuena de 1945, abrumado por la repentina desaparición de una importante suma de dinero, que supondría no solo la quiebra de su banco, sino también un gran escándalo, decide suicidarse, pero cuando está a punto de hacerlo ocurre algo extraordinario. (FILMAFFINITY) [+]
9 de agosto de 2011
66 de 90 usuarios han encontrado esta crítica útil
No me he puesto a ver "Qué bello es vivir" pensando en ridiculizarla por su argumento empalagoso. Sabía a lo que venía y de ello esperaba una nota acorde con la excelente media que tiene en FilmAffinity y su popularidad entre usuarios que, en algunos casos, no son muy dados a que les cuenten cursiladas.
Tampoco voy a quejarme de que esta película sea ingenua, muy optimista o sentimentaloide. Una cosa es la premisa y otra la ejecución, y si Capra me quiere contar una fábula de este tipo yo no tengo ningún problema en ponerme a verla, total, a sensiblero no me gana nadie.
Pero sí voy a decir cuatro cosas sobre cómo me ha narrado el cuento el amigo Capra (y sus esbirros). Lo primero de todo, es que me parecen ridículas las caracterizaciones de Bailey y de Potter en buena parte de la trama. Ya no es que sean simplonas o maniqueas, que Bailey sea un bueno muy bueno incapaz de mentir (y que haya alguna escena ridícula a este respecto) o que Potter sea un misántropo que sólo se preocupa por su dinero, esto lo esperaba, lo que no esperaba es que tuvieran ambos un discurso tan pueril, tan poco trabajado y ausente del contexto, en el que parece que los guionistas han decidido poner sin escrúpulos la moraleja de la historia como si de un manifiesto se tratara. Esos momentos en los que Bailey le dice la verdad a la cara a Potter (tartamudeo cansino incluido) y cuando el otro se pone a decir sin ninguna sutileza cosas del tipo "que les jodan a los pobres, lo que a mí me importa es ganar dinero"... de verdad que llegan a ser insoportables.
Un segundo punto tal vez menos importante, pero que en sus momentos álgidos me ha molestado, es la música. Especialmente en la escena final, que suenan unos coros que de tan estridentes terminan convirtiéndose en una experiencia difícil, pero en general la veo muy mal fusionada con la trama, en ocasiones a destiempo (las campanitas que se oyen de vez en cuando) y bastante poco evocadora del "espíritu de la Navidad" para ser tan marcadamente navideña.
Y luego está el asunto del ángel. A ver cómo me explico que tiene tela.
Tampoco voy a quejarme de que esta película sea ingenua, muy optimista o sentimentaloide. Una cosa es la premisa y otra la ejecución, y si Capra me quiere contar una fábula de este tipo yo no tengo ningún problema en ponerme a verla, total, a sensiblero no me gana nadie.
Pero sí voy a decir cuatro cosas sobre cómo me ha narrado el cuento el amigo Capra (y sus esbirros). Lo primero de todo, es que me parecen ridículas las caracterizaciones de Bailey y de Potter en buena parte de la trama. Ya no es que sean simplonas o maniqueas, que Bailey sea un bueno muy bueno incapaz de mentir (y que haya alguna escena ridícula a este respecto) o que Potter sea un misántropo que sólo se preocupa por su dinero, esto lo esperaba, lo que no esperaba es que tuvieran ambos un discurso tan pueril, tan poco trabajado y ausente del contexto, en el que parece que los guionistas han decidido poner sin escrúpulos la moraleja de la historia como si de un manifiesto se tratara. Esos momentos en los que Bailey le dice la verdad a la cara a Potter (tartamudeo cansino incluido) y cuando el otro se pone a decir sin ninguna sutileza cosas del tipo "que les jodan a los pobres, lo que a mí me importa es ganar dinero"... de verdad que llegan a ser insoportables.
Un segundo punto tal vez menos importante, pero que en sus momentos álgidos me ha molestado, es la música. Especialmente en la escena final, que suenan unos coros que de tan estridentes terminan convirtiéndose en una experiencia difícil, pero en general la veo muy mal fusionada con la trama, en ocasiones a destiempo (las campanitas que se oyen de vez en cuando) y bastante poco evocadora del "espíritu de la Navidad" para ser tan marcadamente navideña.
Y luego está el asunto del ángel. A ver cómo me explico que tiene tela.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Si hay algo que me indigna del mensaje de esta película, pero mucho, es lo que ocurre cuando el personaje de Bailey está pasando la peor etapa de su vida y decide suicidarse. Entonces es cuando el ángel de la guarda entra en acción y ¿qué hace? Adivinad. Le muestra un mundo alternativo a Bailey de lo que ocurriría si él no hubiera nacido.
¿No sabéis por dónde voy? Pues lo explico. El caso es que a mí me han contado la historia de un personaje que ha tenido que sacrificar muchas cosas en su vida, que ha tomado decisiones imprudentes y cuya bondad ha sido respondida en ocasiones con la mayor vileza. Es decir, el conflicto de Bailey es -supuestamente- que está decepcionado con su vida, en el sentido de que se creó unas expectativas que no pudo cumplir (dejar el pueblo, viajar por todo el mundo, progresar). ¿Pero va a centrar el ángel sus esfuerzos por esa vía? No, hombre, que eso es una motivación egoísta, qué mejor que hacer una trampa en el guión y que de repente Bailey se haya suicidado porque ha decepcionado a sus seres queridos y no a sí mismo. Así se le puede animar diciéndole que sin él todo el mundo estaría puteado, escenas que, por cierto, no pueden estar más exageradas, y el tipo no puede ser más ingenuo (¿cuántas veces necesita ver que nadie le reconoce para darse cuenta?).
Pero luego tiene momentos en los que se nota el buen hacer tanto del director como de los actores y que han pasado justamente a la historia, como es la vorágine de sucesos que ocurren en la víspera de Navidad y llevan a Bailey a un estado profundo de desesperación (magistral la escena en la que besa a su hijo mientras echa a llorar), o el final, que para lo poco que me he metido en la historia es asombrosamente efectivo, te da un buen rollo impresionante. También hay algún detalle aquí y allí, algún chiste simpático aunque la mayoría sean pesadetes, y las interpretaciones cumplen de sobra, contribuyendo a salvar ciertas escenas de por sí excesivas. Es por esos aciertos tan interesantes que contrastan con las inconsistencias de la obra a nivel general, y que de alguna manera logran que la película entretenga, por lo que le pongo esta nota.
¿No sabéis por dónde voy? Pues lo explico. El caso es que a mí me han contado la historia de un personaje que ha tenido que sacrificar muchas cosas en su vida, que ha tomado decisiones imprudentes y cuya bondad ha sido respondida en ocasiones con la mayor vileza. Es decir, el conflicto de Bailey es -supuestamente- que está decepcionado con su vida, en el sentido de que se creó unas expectativas que no pudo cumplir (dejar el pueblo, viajar por todo el mundo, progresar). ¿Pero va a centrar el ángel sus esfuerzos por esa vía? No, hombre, que eso es una motivación egoísta, qué mejor que hacer una trampa en el guión y que de repente Bailey se haya suicidado porque ha decepcionado a sus seres queridos y no a sí mismo. Así se le puede animar diciéndole que sin él todo el mundo estaría puteado, escenas que, por cierto, no pueden estar más exageradas, y el tipo no puede ser más ingenuo (¿cuántas veces necesita ver que nadie le reconoce para darse cuenta?).
Pero luego tiene momentos en los que se nota el buen hacer tanto del director como de los actores y que han pasado justamente a la historia, como es la vorágine de sucesos que ocurren en la víspera de Navidad y llevan a Bailey a un estado profundo de desesperación (magistral la escena en la que besa a su hijo mientras echa a llorar), o el final, que para lo poco que me he metido en la historia es asombrosamente efectivo, te da un buen rollo impresionante. También hay algún detalle aquí y allí, algún chiste simpático aunque la mayoría sean pesadetes, y las interpretaciones cumplen de sobra, contribuyendo a salvar ciertas escenas de por sí excesivas. Es por esos aciertos tan interesantes que contrastan con las inconsistencias de la obra a nivel general, y que de alguna manera logran que la película entretenga, por lo que le pongo esta nota.