Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Ghibliano:
8
Comedia Con motivo del 86º cumpleaños de su presidente de honor, el cuerpo de bomberos de una pequeña localidad organiza una fiesta que incluye una rifa y un concurso de belleza. Pero nada sale como estaba previsto... (FILMAFFINITY)
7 de marzo de 2019
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con "¡Al fuego, bomberos!", su primera película en color, el director checo Milos Forman culminó su carrera cinematográfica en su país natal antes de trasladarse definitivamente a Estados Unidos. A pesar del éxito inicial que le valió una nominación al Óscar, tras los sucesos de la Primavera de Praga el filme, con una carga satírica muy marcada, fue rápidamente prohibido y no pudo volver a verse en Checoslovaquia hasta el fin de la influencia soviética.

Su historia parte de la premisa sencilla de la organización de un homenaje a un antiguo jefe de bomberos, pero la ineptitud, la desorganización y la falta de ética por parte de los organizadores harán de esta celebración un caos en el que todo lo que pueda salir mal, saldrá peor. A base de mil enredos y equívocos avanza una cinta en la que el guión se entretiene cargando las tintas contra el desastroso comité de bomberos y crea con ello una comedia ágil, divertida y excesiva, con un énfasis especial en la acumulación de absurdos y fracasos y sin dar tregua a sus personajes.

Solamente en dos secuencias se adivina algo parecido a un cierto tono de solemnidad, y en cuestión de segundos se revierte la situación*. El resto de la cinta es un puro disparate de personajes trepas e inútiles intentando organizar con éxito el evento, luchando contra todo tipo de inconveniencias, desde la mala suerte hasta su propia incompetencia que en ocasiones raya en el autosabotaje, En particular, el intento de organizar un concurso de belleza da lugar a algunas de las escenas más esperpénticas que recuerdo haber visto en una comedia, en particular en el momento de la presentación de dicho concurso, que es tal vez el punto álgido del absurdo, una secuencia de acontecimientos tan excesiva y caótica que en cierto modo incluso resulta incómoda de ver.

Pero la energía de "¡Al fuego, bomberos!" no parece apagarse nunca, ni la irreverencia cómica que demuestra en cada uno de sus fotogramas. Entre la locura de slapstick, equívocos, chistes verdes y ridículo hay también espacio para intervenciones demoledoras en las que su sátira se trata de forma sorprendentemente explícita y carente de ambigüedades. Viendo su mala baba y falta de contención se entiende enseguida por qué esta película molestó hasta el punto de ser objeto de una censura que la mantuvo fuera de las pantallas checoslovacas durante veinte años.

El estilo acumulativo, que avanza los sucesos y el propósito final de sus personajes hacia el desorden y el fracaso sin remisión, es en cierto modo un doble filo de esta película que puede agotar bastante al espectador, y su variada comedia también incluye ciertos chistes que, ya sea por su trazo grueso o por puro hartazgo, no me llegan a funcionar; pero sin lugar a dudas esta obra de Forman consigue salir airosa de estos problemas y en último término logra crear una visión global de farsa potente y memorable, que se disfruta con suma facilidad y que ejemplifica varios de los rasgos más llamativos del cine contestatario de la Nueva Ola checoslovaca.

Texto escrito para www.cinemaldito.com.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ghibliano
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow