Sí, parafraseo un poco al mayordomo del castillo nazi en "Indiana Jones y la última cruzada" para expresar mi indignación contra esta película, una más de la "etapa menor" de Ridley Scott, veterano director que debería jubilarse y para quien joyas como "Los duelistas", "Alien" y "Blade Runner" quedan ya demasiado lejos. Con "Gladiator" regresó triunfal pero al poco salvo algún caso regresó a la mediocridad y a una cierta querencia por el cine histórico pero embutido de posmodernidad y pensamientos contemporáneos.

Con todo, cuando se anunció un nuevo "Robin Hood", con Scott, Russell Crowe, etcétera...muchos nos alegramos, pese a que también nos preguntásemos ¿es realmente necesaria, a estas alturas...otra más?. Pero la esperamos con ilusión. Ilusión que se disipó en cuanto vimos la película; me llevé una de las mayores decepciones cinematográficas de los últimos años.

Los motivos son muchos. La película, como acostumbra Scott, es deslumbrante visualmente y las escenas de luchas y batallas intimidan. La recreación de atmósferas es más o menos correcta, y el reparto algo compensado aunque muy desaprovechado. Pero, por lo demás, el guión flojea, la historia hace aguas por todos lados, el galimatías es notorio, el protagonista transmite casi menos que Orlando Bloom (y ya es decir), casi todos los personajes deambulan pobremente y la filosofía y moralina que exuda, totalmente moderna, chirría enormemente en una película ambientada en plena Edad Media. Esto ya se vio en "El Reino de los Cielos", pero Scott sigue erre que erre, ahí. Entre otras cosas, ahora la Carta Magna era como la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 o como la Constitución de EEUU...

Por supuesto, no faltan batallas del tamaño de Waterloo, aunque para esta ocasión han plagiado al desembarco de Normandía en 1944 con un paralelismo muy poco sutil. Pero ni ello, ni la fotografía, ni la banda sonora levantan la película, que se queda en anodina. También se esperaba más del reparto y los personajes, aunque Cate Blanchett como Marian lo borda, pese a su momento "Elizabeth" y su descafeinado romance, o los veteranos Max von Sydow y William Hurt aportando oficio, o incluso tiene su punto Mark Addy, después de verlo en Full Monty, ahora como el borrachín fraile Tuck...pero por lo demás, Russell Crowe sigue pareciendo Máximo y los Merry Men deberían ser Idiot Men de lo irritantes e insulsos que son. Para nada son mis Little John, Will Scarlet y Alan de toda la vida. Y para qué van a sacar a David de Doncaster.

Así, en suma, desde luego no hacía falta otra versión, aunque esta fuera una aproximación más "real", más fidedigna históricamente; eso se agradece, pese a las interpretaciones y paralelismos actuales que se desprenden. Hay muchas versiones de la leyenda de Robin Hood, y casi todas son superiores a esta, incluida la de Errol Flynn e incluso la animada de Disney. También la protagonizada por Kevin Costner en 1991, la cual, pese a su tono ligero y semi-infantil, es bastante mejor que la de Scott, acaso porque en Robin Hood hay más mito que realidad y es preferible aproximarse a él desde la fantasía.

Quien quiera acercarse, porque aún no se haya acercado, a Robin Hood, que vea todas esas películas y otra, me atrevo a sugerir, injustamente olvidada y maravillosa: "Robin y Marian" (Richard Lester, 1976), que presenta a un Robin ya maduro y desencantado. Protagonizada por Sean Connery y Audrey Hepburn, es hermosa, melancólica y romántica. Una joya, y una gloria al lado de este anodino Robin Hood de Scott.