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Irlanda Irlanda · Innisfree
Voto de Ferdin:
9
Drama. Romance Para Carolina Matilde (Alicia Vikander), casada siendo una adolescente con el rey de Dinamarca Christian VII, es un horror vivir con un marido ciclotímico y estrafalario que propone medidas como nombrar a su perro miembro honorario del Consejo de Estado, o que circulen en Copenhague por la noche carruajes vacíos para recoger a los borrachos. Así las cosas, Carolina se rinde a los encantos del médico personal del rey, un intelectual ... [+]
10 de diciembre de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Magnífica película danesa que es un film de época, pero también una historia de amor y desde luego una lección de historia, perfectamente válida para conocer de cerca una monarquía de la Ilustración, con su intrigante Corte de bandos, y también para realizar paralelismos con la época contemporánea.

Muy cuidada en su notable ambientación, plena de calidad y buen gusto como toda buena producción europea, "Un asunto real" es altamente disfrutable y proporciona 137 minutos de evasión no exenta de reflexión. Una película inteligente y sutil, bastante bien contada, con una narración interesante y nada pesada, aunque estemos en la Dinamarca de 1766-1772.

Amén de todo ello y del gran trabajo del trío protagonista, yo quería destacar la cierta universalidad, o por lo menos si hablamos de Europa, de lo que cuenta y de su mensaje. Pues viendo la película y sus reyes inestables o directamente locos, camarillas de nobles que lo controlan todo y que, aupados en su posición y en connivencia con la Iglesia, nada harán para que nada cambie mientras el pueblo llano permanece hambriento y sometido, y a la vez se va introduciendo tímidamente la Ilustración que, tarde o temprano, acabará con la superchería, el misticismo y la tiranía de la devota aristocracia, uno no deja de reconocer a buena parte de los principales monarcas de la época, quienes, con mejor o peor intención, o inconscientemente, o gracias a sus en ocasiones muy capacitados ministros ilustrados, arrojaron algo de luz sobre una Europa en la que todo iba a cambiar en 1789. Si nos centramos en España, qué hubiera sido de Felipe V sin Patiño y Campillo, o de Fernando VI sin Carvajal y el gran Ensenada, o de Carlos III sin Campomanes y el injustamente vilipendiado Esquilache, etcétera.

Por supuesto, no siempre la acción de estos políticos fue acertada, aunque al menos intentaron un mundo nuevo, y no he podido evitar acordarme de ellos al ver al taimado y digno Struensee interpretado por Mikkelsen.
Y lo cierto es, que en Dinamarca y en toda Europa, cuando las cosas iban bien, toda la gloria era para el simplón del rey, pero cuando iban mal, el muerto se lo cargaban a sus ministros, tuvieran la culpa o no. Y el populacho, ignorante de todo, escupía a quienes probablemente más habían abogado por su bien.
Ferdin
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