Hay películas que las vas revisitando conforme pasan los años y ganan en valoración, o les descubres nuevos aspectos gracias a la edad; otras, sin embargo, ven reducido el aprecio y se hacen más visibles los fallos. Para quien escribe, "El nombre de la rosa" está en este segundo grupo.

La adaptación del peculiar best seller (digo peculiar porque se trata del raro ejemplo de libro que se vendió mucho, pero no corresponde con el best-seller típico, pues supone una lectura densa y compleja, alejada del clásico librito exitoso y ligero para leer en la playa o en el metro) de Umberto Eco (1932-2016) publicado en 1980, supuso una superproducción internacional con multitud de nacionalidades como pocas veces se han visto: oficialmente la película es alemana, aunque se produjo entre la RFA, Italia y Francia, el director es francés, el guión se escribió entre franceses, ingleses y un estadounidense, se rodó en Italia, en el reparto confluyen británicos, franceses, alemanes, norteamericanos y hasta una chilena y un ruso, el responsable de la fotografía es italiano y el compositor de la banda sonora, estadounidense.

Todo ello para conformar una película notable, que cuenta con algunos puntos fuertes como la citada fotografía (Tonino Delli Colli), la ambientación, el entorno y la atmósfera, sabiendo transmitir totalmente el aura de misterio y maldad que en libro tiene la abadía, la música del recordado Horner (pese a que el uso de sintetizadores puede desentonar en un entorno medieval, la banda sonora desasosiega, acertadamente, y es hermosa), un guión de cierta calidad y desde luego el reparto, liderado por el gran Sean Connery (Guillermo de Baskerville), acompañado de F.Murray Abraham (Bernardo Gui) y de toda una galería de peculiares rostros que, convenientemente caracterizados, aportan ese toque extravagante que ayuda mucho en una trama de crimen y misterio.

Sin embargo, hay dos "peros":
1- Por un lado, la ambientación es destacable, sí, pero no deja de ser otra típica visión de la Edad Media según el cine, gracias al cual para el público ha trascendido que el Medievo fue una época negra donde la única luz fue la de las hogueras. Esto no es del todo correcto; sin ir más lejos, de 1500 en adelante se quemó a bastantes más herejes y brujas que en siglos precedentes, pero claro, la Edad Media vende ya sabemos de qué manera: Guerra, Inquisición y peste negra.
2- Por otro, como adaptación de la novela de Eco es bastante correcta, aunque se omitan algunos personajes interesantes como Alinardo de Grottaferrata o Bencio de Uppsala, y se desechen (con acierto, porque es una película) las páginas sobre teología o acontecimientos históricos. Sin embargo, la fidelidad al texto se va perdiendo conforme avanza la película (ver spoiler) y los responsables de la película parecen más preocupados por mostrar la lascivia de los monjes y en criticar sin piedad a la Iglesia, que por recrearse en aspectos de la época o en el interés de la trama. No voy a defender a la Iglesia a estas alturas de la historia, pero el rigor nunca viene del todo mal. Por no hablar de que fray Guillermo es aún más "moderno" que en el libro.

Por lo demás, una película disfrutable y hasta hipnótica. De 8.