Comienza de manera decente con una adecuada presentación de personajes y diálogos pero a las tremendas incoherencias de la primera persecución como que ya le vas perdiendo la esperanza: La Chastain está con un vestido muy bonito y ceñido y no se sabe de donde saca una pistola del tamaño de su fémur.
Que un chaval hijo de un narco haya inventado un aparato del tamaño de un celular viejo y chatarroso que sea capaz de derribar aviones y apagar las luces de casas y ciudades ya es muy conveniente para el guion por que las salvará y pondrá en aprietos según le convenga a la trama y podrá ser guardado en bolsillos, bolsos, tenerlo en la mano etc. para robarlo y recuperarlo de acuerdo a lo que se requiera, supongo que para crear suspenso.
Mención aparte al reparto multi-diverso que ya sabemos a donde apunta, también la forzada sororidad y ñoñería en el intermedio resultan repelentes y fuera de lugar.
No podía faltar la dualidad del bien y el mal representando a las mujeres protagonistas y el resto de los hombres respectivamente porque el mensaje final de que frente al poder del hombre corrupto y malvado que les roban todos los méritos sólo queda la unión de las mujeres sin barreras políticas ni raciales es de traca y no lo compro. Aún así es mejor que Ángeles de Charlie pero para verla y disfrutarla es necesario hacer demasiadas concesiones. La despedida final da a entender que habrá una continuación la cual ante el menudo fracaso que ha resultado esta película parece que ya no será.