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Argentina Argentina · buenos aires
Voto de enjoyjessica:
10
Terror. Romance. Fantástico En el año 1890, el joven abogado Jonathan Harker viaja a un castillo perdido de Transilvania, donde conoce al conde Drácula, que en 1462 perdió a su amor, Elisabeta. El conde, fascinado por una fotografía de Mina Murray, la novia de Harker, que le recuerda a su Elisabeta, viaja hasta Londres "cruzando océanos de tiempo" para conocerla. Ya en Inglaterra, intenta conquistar y seducir a Lucy, la mejor amiga de Mina. (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2013
12 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Francis Ford Coppola y Gary Oldman son los dos principales culpables de que hoy en día me encuentre obsesionada con los vampiros, con Drácula. Y es que si bien la novela epistolar de Bram Stoker ha sido llevada al cine muchísimas veces, si me preguntan por mi adaptación preferida, no lo dudo.

Coppola construye a su Drácula más humano, lo convierte en un ser atormentado por la pérdida de la mujer que amó, y es ese amor perdido, esa tragedia, lo que lo lleva a hacer un pacto con el Diablo. Así, Drácula pasa a vagar eternamente por las noches en busca de su amor, un amor que lo lleva a cruzar océanos del tiempo. Y lo encuentra, lo encuentra encarnado en Mina, una joven aristócrata a punto de casarse con Jonathan Harker.

Ese fantástico prólogo que nos presenta Coppola no aparece en el libro. Por más que desde el título el director nos diga que estamos ante una versión fiel de la novela, lo cierto es que se permite tomar muchas licencias poéticas. Y lo hace de una manera brillante, en pos de construir una historia que no es una película de terror, es una tragedia romántica teñida de roja, un melodrama. Sobre dos seres que se amaron y no pudieron estar juntos, y nunca van a poder estar juntos. “Te amo demasiado para condenarte” le dice él imposibilitado de morderla, porque no puede condenarla a una eternidad sin aliento y sin sol. Pero ella no se siente viva, quizás producto del hechizo en que cae, le pide, “Llévame lejos de toda esta muerte”.

Gary Oldman y Winona Ryder conforman una de las parejas más hermosas y sensuales y fascinantes de la historia del cine. La sensualidad no sólo radica en el contacto que tienen en la cama, cuando la hace beber de él (no sé si hay escena más erótica para quien les escribe). Sino en momentos tan pequeños como una mirada en medio de la calle, o las caricias conjuntas a un lobo. Además, el histriónico Gary Oldman, puede provocar tantos sentimientos incluso debajo de capas de maquillaje. Drácula es un monstruo, pero un monstruo que fue humano, y todavía algo queda de ese humano, porque ama.

El gran Anthony Hopkins es Van Helsing (y dos personajes más), el hombre que conjuga la ciencia y la magia, sabe que ambos pueden coexistir. Tom Waits interpreta a Renfield, que no está loco, es un hombre sano luchando por su alma, como él mismo se define. Sadie Frost interpreta a la amiga de Mina, es una pelirroja hermosa que contrasta con la pureza de Mina, pues tiene tres hombres rendidos ante ella y es la primera en sucumbir ante la bestia. Por último, y quizás el más deslucido, Keanu Reeves como Jonathan Harker, no obstante no hay que olvidarse que mucho del modo en que tiene Keanu de interpretar a cualquier personaje se encuentra en la construcción de Harker: es un personaje pasivo durante más de la mitad de la película, es un observador que se asusta pero que no puede hacer nada, es víctima incluso de sus propias fantasías, en aquel cuarto con las novias del vampiro.

Su impecable fotografía, la construcción barroca de este mundo, sus cielos rojizos, el magnífico vestuario, la música, terminan de construir una de las películas más emblemáticas, una rareza.

La sangre es vida, pero ¿qué vida es vida sin amor? Sin duda esta película está en mi top 3 de historias más románticas que nos ha dado el cine. Al fin y al cabo es una historia sobre el amor eterno.

elespectadoravezado.com.ar
enjoyjessica
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