Señoras y señores: el terror ha renacido.

Sumérjanse en este letal juego. El muñequito de mejillas abultadas y espirales rojas da la señal. Los jugadores se caracterizarán por cinco aspectos:
1. Tienen algo en común.
2. En alguna ocasión, despreciaron la vida, tanto de sí mismos como de los demás.
3. Se les armará de una cinta de cassette con las instrucciones de la partida.
4. Sólo sobrevivirá el que realmente esté dispuesto a ello.
5. Hay límite de tiempo.
Si cumplen los dos primeros requisitos, enhorabuena, han sido aceptados. Ahora imagínense en un espacio pequeño, húmedo, mugroso, pestilente, claustrofóbico, y deliberen concienzudamente sobre qué les aterroriza...¿la oscuridad?, ¿el dolor?, ¿la muerte?. Añádalo al espacio anterior. Bienvenidos al Puzzle.

Entrando en un nuevo concepto del suspense teñido de terror, Saw es una elucubración, una divagación aparentemente profunda de la condición humana donde se somete a juicio el instinto de supervivencia de varias personas. Éstas se convierten en objeto de estudio por parte de un perturbado, que se excusa en un débil argumento para jugar con la vida de seres humanos que, según él, no la merecen; de esta manera, les prepara trampas similares a las de ratón: no son completamente mortales, pero sólo te llevas el queso si eres capaz de encontrar la forma de esquivarlas, que aquí está representada por llaves.

El tiempo. El tiempo es el factor más importante de toda la película, pues a los jugadores se le exige actuar dentro de un límite de tiempo no demasiado escaso, pero sí demasiado breve como para que puedan reflexionar; he ahí el estudio del instinto. Si sabes que puedes morir, meditas sobre cómo escapar, pero si te dan a elegir entre morir o matar en cuestión de minutos está más que claro. Es una reacción más visceral que moral, porque lo que está en juego es tu pellejo.

Saw es una película que se sostiene más por comentarios que por lo que realmente vale. Es cierto que parece inspirarse en una mezcla Fincher-Natali, pero el resultado obtenido para nada se le asemeja, así como aquellos que la tachan de deshilarse argumentalmente se ven obligados a reconocer que al final les tomaron el pelo. En realidad en Saw le toman el pelo al espectador en varias ocasiones, burlándose de los tópicos del género en los que todo es lo que parece. Es una prueba tanto física como mental, tanto para los jugadores como para el espectador.

Tengan cuidado aquellos cuyos pasos dejan huella fuera del camino marcado, porque Jigsaw nos vigila. Que comience el juego.