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Voto de El Extranjero :
5
6,1
1.941
Drama
Carla recibe una llamada de su hermana: su padre, con el que hace tiempo que no se habla, está enfermo. Ese mismo día, coge un vuelo a Almería, a la casa de su infancia. Allí, los médicos le dan a su padre pocos meses de vida. Pero Carla se niega a aceptarlo y contra la opinión de todos, decide llevárselo a Barcelona para tratarle. Ambos emprenden un viaje para escapar de una realidad que ninguno se atreve a afrontar. (FILMAFFINITY)
18 de febrero de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No estaría mal, por ejemplo, en vez de tantas y tantas vacías escenas de silencios que se hacen repetitivas y restan interés al filme. Por otro lado, parte de los episodios y diálogos de esta película carecen de naturalidad (prácticamente en aquellos en los que no interviene Nathalie). Si a eso le sumamos otras tantas escenas anodinas nos queda una película de ritmo espeso. Aunque Juan Diego protagoniza un par de buenas secuencias, la del bingo y la del bar, el aprobado lo otorgo debido a la estupenda labor de la galardonada, una Nathalie Poza que incomprensiblemente de momento no ha tenido una dilatada trayectoria en el cine, cuando es una actriz a la que no la cuesta nada cambiar de registro y cuya fuerte y atractiva voz es garantía de carisma. Sí además a eso le sumamos el llamativo sarcasmo al que recurre constantemente a la hora de interpretar y su evidente atractivo físico, afirmar que se trata de una de las mejores intérpretes españolas sería un enunciado sensato.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Momentos a resaltar:
-Cuando Nathalie le espeta a su pesado compañero de trabajo que por qué coño la pregunta 14 veces si está bien.
-Sus agresivos diálogos del comienzo, primero cuando le arrebata a la joven muchacha poco agraciada al acompañante sexual. Lo hizo con mucho talento y absoluto despotismo de víbora (sabe que el hombre, a pesar de ser más joven la preferirá a ella). Y así fue, aunque luego me ha hecho gracia el momento en el que a la mañana siguiente Nathalie se levanta de la cama del tío, y a este no se le ocurre decir otra cosa que: "Si tienes hambre, allí hay galletas". Lo siguiente que vimos fue a la mujer viajando en el autobús de vuelta. Todo indica que rechazó la invitación a desayunar.
-Su cena/cita con el pesado compi de empresa. Le pidió perdón por su anterior salida de tono, cuando en realidad solo quería salir con alguien para desconectar de su drama familiar. A lo largo de la resumida cita se dan demasiadas evidencias de que el tío aparte de aburrido, carece tanto de tacto como de mano para las mujeres, cosa que a nuestra protagonista no la importó demasiado, para borracha hablar tendido de todo lo que siente, opina y considera acerca de la relación que convendría llevar con los padres. Pero el interlocutor no captó que la mujer necesitaba desahogarse y no supo quedarse en silencio (todo lo que tenía que hacer, además el monólogo de ella era bastante interesante y coherente).
-El final, los últimos cinco minutos, es de largo lo mejor de la película. Nathalie es consciente de que su padre no está bien y busca la manera que sea de proporcionarle agrado. No lo consigue, cosa que le provoca frustración e impotencia, que provoca su ira, la cual descarga exigiendo de manera clara y visceral, abandonando cualquier tipo de formalismos, el arreglo de una televisión de la habitación de su padre. No la dolía que un servicio por el que había pagado resultase defectuoso, como ella indignada gritaba, sino que la auténtica razón de esa violenta irrupción era que su padre se moría y ella no podía hacer nada. El salto de la monotonía previa a la impulsividad llevada a cabo por la actriz en esta última secuencia deja roto al espectador (con final súbito incorporado, gran final, seco, contundente, desolador) y confirma definitivamente que 'No sé decir adiós', a pesar de sus carencias merece ser visualizada.
-Cuando Nathalie le espeta a su pesado compañero de trabajo que por qué coño la pregunta 14 veces si está bien.
-Sus agresivos diálogos del comienzo, primero cuando le arrebata a la joven muchacha poco agraciada al acompañante sexual. Lo hizo con mucho talento y absoluto despotismo de víbora (sabe que el hombre, a pesar de ser más joven la preferirá a ella). Y así fue, aunque luego me ha hecho gracia el momento en el que a la mañana siguiente Nathalie se levanta de la cama del tío, y a este no se le ocurre decir otra cosa que: "Si tienes hambre, allí hay galletas". Lo siguiente que vimos fue a la mujer viajando en el autobús de vuelta. Todo indica que rechazó la invitación a desayunar.
-Su cena/cita con el pesado compi de empresa. Le pidió perdón por su anterior salida de tono, cuando en realidad solo quería salir con alguien para desconectar de su drama familiar. A lo largo de la resumida cita se dan demasiadas evidencias de que el tío aparte de aburrido, carece tanto de tacto como de mano para las mujeres, cosa que a nuestra protagonista no la importó demasiado, para borracha hablar tendido de todo lo que siente, opina y considera acerca de la relación que convendría llevar con los padres. Pero el interlocutor no captó que la mujer necesitaba desahogarse y no supo quedarse en silencio (todo lo que tenía que hacer, además el monólogo de ella era bastante interesante y coherente).
-El final, los últimos cinco minutos, es de largo lo mejor de la película. Nathalie es consciente de que su padre no está bien y busca la manera que sea de proporcionarle agrado. No lo consigue, cosa que le provoca frustración e impotencia, que provoca su ira, la cual descarga exigiendo de manera clara y visceral, abandonando cualquier tipo de formalismos, el arreglo de una televisión de la habitación de su padre. No la dolía que un servicio por el que había pagado resultase defectuoso, como ella indignada gritaba, sino que la auténtica razón de esa violenta irrupción era que su padre se moría y ella no podía hacer nada. El salto de la monotonía previa a la impulsividad llevada a cabo por la actriz en esta última secuencia deja roto al espectador (con final súbito incorporado, gran final, seco, contundente, desolador) y confirma definitivamente que 'No sé decir adiós', a pesar de sus carencias merece ser visualizada.