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Voto de El Extranjero :
8
7,6
1.828
Serie de TV. Thriller
Miniserie de TV (2018). 8 episodios. Precuela de "El marginal" que cuenta la llegada de los hermanos Borges al penal de San Onofre. Narra el pasado de "Diosito" y cómo los Borges logran hacerse con el poder en la temible prisión, entablando un poder similar al del propio Antín. Diosito (Nicolás Furtado) y Mario Borges (Claudio Rissi) ingresan al penal y se ven envueltos en una guerra de poder con "El Sapo" (Roly Serrano), un preso ... [+]
7 de junio de 2022
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo que narra es tan amoral y repulsivo que resulta imposible quitar los ojos de la pantalla. No solo que mantiene un ritmo trepidante, sino que hace mejor a la primera temporada al explicar los orígenes de muchos personajes, reseñando las diferencias que existen en las conductas de estos en función del alcance de su influencia. Como bien dice el famoso dicho, "Si quieres conocer a una persona de verdad, solo tienes que darle un poco de poder". Y resulta un estudio fascinante acerca de la repugnante naturaleza humana, ayudado y mucho por las acertadas y minuciosas caracterizaciones de los intérpretes, los cuáles hacen suya una peculiaridad o gesto concreto de sus personajes, convirtiéndolos en inconfundibles e inolvidables. La serie presenta un humor cínico y corrosivo a través del cual queda claro que todos están encantados con su bajeza. Saben que son una mierda, lo aceptan y hasta se ríen de ello. (Si no puedes cambiar, aceptarse plenamente es la única forma de poder vivir sin dolor, el poder ayuda.)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
A lo que me refiero en el título es al desenlace de una trama de lo más surrealista, pero que a su vez denota con claridad la moral de la persona media que habita en ese lugar.
'Diosito' Borges no se lo piensa dos veces y toma del vaso de un preso que está mezclando agua con unas pastillas que ha robado. Lo hace para 'escapar de ahí por un tiempo'. La escena tiene lugar en una de las tantas tiendas de campaña de las que hay en el patio del penal, inmediación en la que residen muchos presidiarios. Se colocan, se medioduermen, luego los reclaman a todos los presos para un recuento y mientras que el otro tipo se levanta, 'Diosito' no puede, sigue trastocado (como le explicaría más tarde a su hermano, "la medicina estaba buena, pero pegó fuerte"). En lo que viene un guardia, y al verle en ese estado trata de violarlo, en lo que este, aterrado, reacciona y lo apuñala salvajemente, repeliendo de este modo la deshonrosa agresión. 'Diosito' se lo cuenta a su hermano mayor (en realidad su padre) y trás increparle por la que ha liado, trata de buscar una solución de cómo deshacerse del cadáver. Entonces, a la hora de comer, ven a un tipo transportando carne en un gigante cubo portátil y Mario (el hermano de 'Diosito') le inquiere sobre adonde va con eso. No empezaron con buen pie, pero enseguida se entendieron, hay veces que el dominio de la jerga callejera hace milagros. El cocinero era James, 'Colombia', y a partir de ahí pasaría a ser uno de los integrantes clave de la banda de los Borges. El caso es que se les ocurre sacar el cadáver en ese cubo gigante (una escena de los más tensa, rodada con mucho pulso, James se come el escenario, -no sé por qué, pero yo me estaba descojonando todo el rato, será por lo disparatado del plan o de ver a 'Diosito' barriendo un patio lleno de mierda él solo, haciéndose el gil-) y luego hacer desaparecer parte del cuerpo, convirtiéndolo en relleno de empanada tucumana a cambio de bastantes fajos de billetes. (Pocas veces en mi vida he percibido tanto ímpetu al ocurrírsele a alguien una iniciativa, sé que el habla de los colombianos se caracteriza por ser fuerte y efusiva, pero se nota que a James le entusiasmaba la idea de verdad.) Y luego ves a medio penal comiendo esas empanadas...
Luego, por otro lado, a Antín le están viniendo a revisar la cárcel porque hay rumores (ciertos) de que desde allí se realizan secuestros virtuales, muertes... Total, que para la visita lo arreglan todo, la cosa va bien hasta que... ¡PUM! El ruido de una explosión tremenda sacude San Onofre, van a ver lo que pasa y resultó que han volado el coche de Antín (o mejor dicho de su mujer). Este se desvive en aspavientos y explicaciones de que esto no suele pasar, que el penal es un lugar más seguro que antaño, que han bajado las estadísticas de agresiones y homicidios... en lo va y cae un cuerpo de la azotea justo ahí mismo, delante de ellos (otra trama bastante buena, la serie está bien hilada). Luego, en el despacho de Antín, no me acuerdo bien qué estaban diciendo exactamente, pero era Antín peleando su última baza por hacer ver a los chupatintas que la cárcel funciona bien, en lo que entra un guarda y le dice a Antín que le tiene que decir algo en privado. Este le insta a que lo diga en alto y delante de todos, alegando que 'la transparencia entre los cargos es uno de los pilares de la política de funcionamiento de San Onofre', en lo que el guardia comunica que han encontrado otro muerto en la azotea de donde cayó el cuerpo. El rostro de Antín se paralizó momentáneamente:
- ¿Otro muerto?
'Diosito' Borges no se lo piensa dos veces y toma del vaso de un preso que está mezclando agua con unas pastillas que ha robado. Lo hace para 'escapar de ahí por un tiempo'. La escena tiene lugar en una de las tantas tiendas de campaña de las que hay en el patio del penal, inmediación en la que residen muchos presidiarios. Se colocan, se medioduermen, luego los reclaman a todos los presos para un recuento y mientras que el otro tipo se levanta, 'Diosito' no puede, sigue trastocado (como le explicaría más tarde a su hermano, "la medicina estaba buena, pero pegó fuerte"). En lo que viene un guardia, y al verle en ese estado trata de violarlo, en lo que este, aterrado, reacciona y lo apuñala salvajemente, repeliendo de este modo la deshonrosa agresión. 'Diosito' se lo cuenta a su hermano mayor (en realidad su padre) y trás increparle por la que ha liado, trata de buscar una solución de cómo deshacerse del cadáver. Entonces, a la hora de comer, ven a un tipo transportando carne en un gigante cubo portátil y Mario (el hermano de 'Diosito') le inquiere sobre adonde va con eso. No empezaron con buen pie, pero enseguida se entendieron, hay veces que el dominio de la jerga callejera hace milagros. El cocinero era James, 'Colombia', y a partir de ahí pasaría a ser uno de los integrantes clave de la banda de los Borges. El caso es que se les ocurre sacar el cadáver en ese cubo gigante (una escena de los más tensa, rodada con mucho pulso, James se come el escenario, -no sé por qué, pero yo me estaba descojonando todo el rato, será por lo disparatado del plan o de ver a 'Diosito' barriendo un patio lleno de mierda él solo, haciéndose el gil-) y luego hacer desaparecer parte del cuerpo, convirtiéndolo en relleno de empanada tucumana a cambio de bastantes fajos de billetes. (Pocas veces en mi vida he percibido tanto ímpetu al ocurrírsele a alguien una iniciativa, sé que el habla de los colombianos se caracteriza por ser fuerte y efusiva, pero se nota que a James le entusiasmaba la idea de verdad.) Y luego ves a medio penal comiendo esas empanadas...
Luego, por otro lado, a Antín le están viniendo a revisar la cárcel porque hay rumores (ciertos) de que desde allí se realizan secuestros virtuales, muertes... Total, que para la visita lo arreglan todo, la cosa va bien hasta que... ¡PUM! El ruido de una explosión tremenda sacude San Onofre, van a ver lo que pasa y resultó que han volado el coche de Antín (o mejor dicho de su mujer). Este se desvive en aspavientos y explicaciones de que esto no suele pasar, que el penal es un lugar más seguro que antaño, que han bajado las estadísticas de agresiones y homicidios... en lo va y cae un cuerpo de la azotea justo ahí mismo, delante de ellos (otra trama bastante buena, la serie está bien hilada). Luego, en el despacho de Antín, no me acuerdo bien qué estaban diciendo exactamente, pero era Antín peleando su última baza por hacer ver a los chupatintas que la cárcel funciona bien, en lo que entra un guarda y le dice a Antín que le tiene que decir algo en privado. Este le insta a que lo diga en alto y delante de todos, alegando que 'la transparencia entre los cargos es uno de los pilares de la política de funcionamiento de San Onofre', en lo que el guardia comunica que han encontrado otro muerto en la azotea de donde cayó el cuerpo. El rostro de Antín se paralizó momentáneamente:
- ¿Otro muerto?