O ingresas en un monasterio/psiquiátrico o sigues la senda que ya te ha sido cuidadosamente preparada para convertirte en un cafre desalmado, heredarás la tierra. No se plantean otras opciones. Joven introvertido, miedoso e inexperimentado, que ha encontrado una aparente comodidad y bienestar en creencias drásticas, (que lo alejan de aquello que le asusta o por lo que experimenta un rechazo casi irracional) criado en una familia pudiente pero desestructurada, se encuentra instado a mutilar su algo trastornada personalidad para seguir los pasos de su padre, encajar.

El que sea así puede que se deba a una ausencia de calidez familiar: estudiaba en un internado, el padre es un implacable empresario hecho a sí mismo y al que no le importa nada más que sus propios ideales y la madre de personalidad débil y mermada, (en un más que presumible acto, consecuencia directa, del rechazo a su matrimonio, a la vida que escogió tener junto a ese hombre) termina siendo fagocitada por su propio enfermizo delirio solipsista, como bien apuntan por ahí, como único mecanismo de defensa, posibilidad de escape de una vida que la debía de desagradar hasta el punto de no poder/querer seguir aguantándola, sin haber tenido la suerte de encontrar algún otro apoyo.

Ahí están, asoman de fondo, las dos únicas opciones que le quedan al retoño en caso de rechazar la vida que le ofrece su padre: el siniestro psiquiátrico, muerte en vida, o el aciago monasterio, algo bastante parecido, una existencia sin plenitud, inútil, en principio la escogida por el joven. Pero esa vía deja de ser válida, pues sería ir en contra de la naturaleza humana, una mujer es una mujer, y físicamente no se puede, vemos que el chico 'ha pecado'. "Yo siempre lo preveo todo", dice Cuny victorioso, sabiendo que su plan/encerrona iba a funcionar.

No empatizo para nada con el chico. Dios le da pan al que no tiene dientes, suele suceder con bastante frecuencia, pensaba yo. Las confrontaciones dialécticas, sugerentes y bastante profundas, me recordaban a lo que he visto de Rohmer.

Película durísima, incómoda, angustiosa, muy pesimista y deprimente, casi de terror psicológico.