En mi camino hacia «Los Vengadores: Infinity War» me encuentro con «Thor: Ragnarok» mientras me sigo preguntando por qué continúo viendo películas de superhéroes. Supongo que hay que estar al día con el cine y conocer de lo que se habla, así que aquí estamos con la tercera entrega de la franquicia Thor.

Admito que a mí Loki me encanta. Lo que Tom Hiddleston hace con este personaje es una absoluta genialidad, para mí es el robaescenas del universo Marvel y me gusta cómo lo están tratando. El Hulk de Mark Ruffalo me encandiló en «Los Vengadores», así que tenerlo en una película siempre será un punto a favor. Combinando estas dos fuerzas se consigue que «Thor: Ragnarok» cuente con mi atención, al menos hasta cierto punto, porque hay cosas que no las salvan ni los engaños de Loki ni el carisma de Bruce Banner.

Para empezar, ¿no os gustaba tanto «Guardianes de la Galaxia»? Pues aquí tenéis las consecuencias. Ahora muchos podrán comprender por qué he sido tan dura con los Guardianes: sencillamente porque es una fórmula hortera que se basa en la continua broma metida con calzador y personajes estrambóticos. El éxito de una ha marcado a las siguientes, lo que unido a la ya de por sí falta de imaginación en el cine hacen de la nueva «Thor» la peor de la saga.

El tono de chiste perpetuo da vergüenza ajena, con bromas tan rompedoras e ingeniosas como decir la palabra «ano» y cosas así. Los personajes no son personajes, solo monigotes grotescos que sirven, no a una historia o a un mensaje, sino a la gracia omnipresente y a lo políticamente correcto; en relación con esto, creo que las blancas rubias deberían protestar porque ahora las chicas de raza negra de cabello negro le van a quitar todos los papeles por la dictadura de la diversidad. Esta Valkiria es un personaje petardo que se presenta borracho y chuleándose para demostrar que las mujeres también pueden ser muy duras, pero ¿sabéis qué?, lo que demuestra es lo insoportable que puede ser una criatura. La dirección de Waititi tiene una completa falta de ritmo, realmente la película carece de toda armonía y cohesión; todo te resbala porque incluso le resbala a los protagonistas, así que a mí qué. Además, los tres guionistas tuvieron que escribir el guion sin hablarse entre ellos para hacer una historia en la que no hay ninguna trama, solo sketchs y una villana super mala tan anodina que perfectamente la podría haber interpretado la prima de Cate Blanchett que se hubiera quedado igual.

Creo que ya he dicho bastante.