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España España · Honor al Sabadell!
Voto de Grandine:
4
Drama Tras la muerte de su madre, con la que apenas había tenido relación, Purslane, una chica solitaria y hastiada, regresa a su ciudad natal, Nueva Orleans. Cuando llega, comprueba con sorpresa que en la casa materna viven desde hace años dos amigos de su madre: Bobby Long, antiguo profesor de literatura, y Lawson Pines, un chico que escribe la biografía de Bobby. El problema es que ellos no tienen la menor intención de marcharse. (FILMAFFINITY) [+]
3 de enero de 2009
28 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Del pesado de Bobby Long, claro. El tío, un pelma que se pasea todo el día con batas del mercata por casa, no para de repasar citas literarias mientras con su pinta de paleto texano, cree que es una especie de poeta contemporáneo capaz de parecer inteligente mientras le da al bebercio y larga sobre lo que más cerca le queda. Menudo plasta.

Luego, nos encontramos con unas localizaciones de lo más molonas, donde las casas decoradas a modo IKEA, que buscan dar el contrapunto perfecto a esos tipos tan underground y cultos que pasean por ellas, y a los que se les llena la boca de aborrecibles sentencias cada vez que hablan, y las bonitas postales mientras suena de fondo algún tipo de composición de un cantautor sureño, que tan indie queda, resultan de lo más facilonas para que el espectador observe cuanta sensibilidad hay en todo ello.
Tampoco hay que olvidar, como no, esa iluminación digna de burdel de tercera categoría. En serio, no sé como se lo montan, pero estén en el bar o en su casa, esa luz azulada que les acompaña a todos lados resalta la sensación de lo indie que es todo, y de como aunque la propuesta sea de lo más ramplona, los engendros que corren por ella tienen su toque trascendental único y personal.

Por si todo ello no fuera poco, el guionista cada vez que se queda sin qué contar, escupe conflictos a lo largo y ancho de la cinta como quien se sacude la chaqueta. ¿Que no sabemos de donde proceden? ¿Que sólo buscan resaltar esos diálogos de postín intercalados entre las conversas de la taberna del tío Lolo? No pasa nada, hombre... cosas del cine independiente americano. Independiente americano embadurnado con estrellas estrelladas, claro. Que o bien no hallan su lugar en el mainstream, o están tan acabadas que acatan cualquier cosa con tal de intentar lucir. De entre ellas, Johansson se pone camisas holgadas y deja que sus amigas se tambaleen: ella pone la cara de siempre, Travolta cree que todavía es Vincent Vega y cada vez que grita parece un mafioso sin repeinar, y Gabriel Macht pone cara de palo mientras sus ojos fulgen en una intentona por lagrimar. Porque ya que los espectadores no lo logran, alguien tendrá que intentarlo por ellos, digo yo.
Grandine
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