David Trueba en uno de sus trabajos más emocionantes, si no acaso el más, que desnuda el alma más noble de 3 personas que tras perseguir sus sueños y convicciones terminan encontrándose a sí mismos.
Un elenco actoral que abraza la calidez humana que propone el director y la transmuta de la mejor manera al espectador llegando hasta el alma.
El carisma de Javier Cámara es perfecto para brindar este tipo de emociones, una película hecha a su medida, que termina por contagiar a todo aquel que lo rodea con el mismo sentimiento, algo que pocos actores pueden o tienen la capacidad de lograr semejante influencia.
La película cumple con los requisitos más básicos que son el motor de la misma, logra lo que se propone y sabe convertir un drama en amor, un amor lleno de buenas intensiones y de nada sirven los buenos propósitos si no van acompañados de dichas obras.