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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
6
Drama. Bélico Mayo de 1940. Winston Churchill (Gary Oldman) se convierte en primer ministro británico en un momento realmente crucial de la Segunda Guerra Mundial, pues los nazis avanzan imparables conquistando prácticamente la totalidad del continente europeo y amenazando con una invasión a Inglaterra. Churchill deberá entonces explorar la posibilidad de un tratado de paz con Alemania, o ser fiel a sus ideales y luchar por la liberación de Europa. (FILMAFFINITY) [+]
17 de agosto de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alex von Tunzelmann escribió "La loca, loca, loca, historia del mundo según el cine". Un instructivo divertido y sarcástico compendio de como la realidad, la verdad histórica o al menos algo que se le parezca y el cine a menudo van cada uno por su lado. Más allá de divertirnos con anécdotas habría que valorar hasta que punto el cine ha hecho mucho daño en ese sentido influyendo con su poder en nuestras conciencias, sobre todo en periodos donde el acceso a la cultura y la información para las clases obreras eran más restringidos. Los poderes políticos aprendieron enseguida el poder propagandístico del celuloide. Desde que el Brexit asomó sus orejas un puñado de cintas británicas nos recuerdan y nos exaltan los valores insulares de "la pérfida albión". ¿Casualidad?. Y si hay un icono de la resistencia "en soledad" del Reino "Unido" ante la adversidad no es otro que la figura oronda tocada de puro y sombrero Homburg de Sir Winston. John Lithgow, Brian Cox y Gary Oldman nada menos se han metido en la piel del primer ministro recientemente con resultados actorales sobresalientes, Oscar incluido para Oldman.
El notable y ecléctico director londinense Joe Wright se lanza sin pudor en una producción impecable (fotografía, diseño artístico, bso, vestuario, maquillaje, etc), a un retrato con fhotoshop histórico que maquilla las sombras del Premier, que son muchas, y se queda con las luces de su brillante oratoria, altavoz decisivo para arengar a las masas a no rendirse jamás ante los tiranos donde los haya. Se puede decir que las virtudes en ese sentido de Churchill estuvieron en el lugar apropiado en el momento justo. Wright, no obstante sabedor de que no es oro todo lo que reluce y como expiación ( sí, es un guiño) de lo que va a perpetrar a continuación, comienza la cinta con una retahíla de algunos aspectos de lado oscuro del personaje para rápidamente olvidarse de ellos y ondear la bandera de sus aciertos manipulando lo que haya que manipular y regalándonos escenas tan bien elaboradas como sonrojantes. La del metro sería el paradigma.
Churchill tuvo desgraciadamente a lo largo de su carrera política muchos instantes oscuros, incluido que no le parecía mal pactar con Hitler siempre en cuando este le metiese mano a Stalin y les dejara en paz a ellos. El truco más destacado con el que el guionista Anthony McCarten nos escamotea la realidad del personaje es que el famoso discurso (por cierto la Cámara no tenia medios para retransmitirlo como se ve en la película) del no rendirse jamás, fue después y no antes de que la evacuación de Dunkerque fuese un éxito. Es decir que Churchill como buen político jugaba sobre seguro. Si Dunkerque hubiese sido un fracaso probablemente su discurso hubiese sido otro.
Sería extenso y no es lugar seguir hablando de las inexactitudes y la manipulación histórica que contiene la película. Al final es Oldman quien acapara toda nuestra atención, eclipsa al resto de actores que aparecen desdibujados, incluso al director que mientras tanto se entretiene con planos cenitales y travellings de dudosa eficacia artística. Quizás sus instantes más oscuros.
Como anécdotas destacar que la utilización por parte de Churchill del famoso signo de la V de victoria así como la contratación de Elizabeth Layton como su secretaria ocurrieron un año después de los hechos que se narran.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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