Alain Chabat, productor de la cinta se le ocurrió la excelente idea de rodar los primeros días de la vida de 4 bebés de diferentes partes del mundo. El resultado, como no podía ser de otra manera es una hora y diecinueve minutos en la que quedamos atrapados por estos seres cuya sonrisa va directa, vía instinto, a nuestro corazón. No hace falta palabras, ni narraciones en off, para aprender con ellos que nuestra naturaleza es común y que los ritos se repiten y están codificados en cualquier parte del planeta, algo que debería hermanarnos universalmente y que por desgracia no es así. De momento solo queda disfrutar de ese escaso tiempo en el que el amor no entiende de fronteras ni etiquetas. Gracias a este trabajo podemos hacerlo.
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