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España España · MADRID
Voto de ELZIETE:
9
Drama Después de uno de sus habituales hurtos, Osamu y su hijo encuentran a una niña en la calle, aterida de frío. Al principio, la mujer de Osamu no quiere que se quede con ellos, pero acaba apiadándose de ella. A pesar de sobrevivir con dificultades gracias a pequeños robos, la familia es feliz, hasta que un incidente imprevisto revela un secreto que pone a prueba los lazos que les unen. (FILMAFFINITY)
27 de agosto de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ya tocaba. Koreeda ha vuelto. No es que nos hubiera dejado nunca; su producción va a cinta por año pero llevaba un tiempo, premios varios incluidos, que a mi juicio se quedaba fuera de los círculos centrales de la diana. Ahora sí. Cannes que le adora no ha tardado en darle la palma. Y como no podía ser de otra forma sus dardos siguen volando en torno a la familia que en sus manos o mejor dicho en su mirada parece un universo inagotable donde los miembros que en ella orbitan se atraen y se repelen, brillan y se apagan formando un todo cuya solidez depende del equilibrio y dependencia de cada una de las partes.

Koreeda conforma en este caso una familia atípica donde los lazos de sangre se han disuelto siendo sustituidos por otros a la postre mucho más sólidos fruto de las semillas de la soledad que brotan y florecen dando frutos de amor entre las grietas de unos intereses creados, que diría Benavente y que a la postre arraigan en el alma y el corazón de sus protagonistas. Actores y actrices en estado de gracia que componen una galería generacional de personajes inolvidables herederos de aquellos de "Still Walking" (2008) y "Nadie sabe" (2004) joyas de la corona de su filmografía.  Las familias de Koreeda sin embargo ya nunca serán lo mismo sin la gran Kirin Kiki fallecida el año pasado.

Como es habitual el director no tiene prisa. La carga de profundidad moral es de efecto retardado pero muy efectiva invitandonos a la reflexión, sobre las reglas de un juego que no puede solo regirse por partidas de nacimiento y burocracia. Los más débiles, los niños, suelen salir perdiendo. Japón un país de fuerte tradición familiar ha derivado en adolescentes que pagan por recostarse en el regazo de alguien que les hable y les abrace. Algo estamos haciendo mal en este mundo globalizado preñado de soledades.

cineziete.wordpress.com
ELZIETE
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