No hay duda de que Bergman es de los mejores directores de la historia, y se ha consagrado por dar grandes clases de cine y de arte como vemos en esta cinta. La película nos cuenta la historia de un pintor llamado Johan que se va a vivir a una isla con su mujer Alma, en la isla hay un gran misterio que mezcla el terror con el drama pero al final nada va mas allá del surrealismo y de la psique humana. A decir verdad, la trama no es tan buena como me gustaría, comienza con una pequeña introducción donde Alma explica desde el porche de una casa en una isla la desaparición de su marido. Después el director narra la historia de cómo se produjo la desaparición. Es una película difícil y no para todos los públicos, narra la confrontación por medio de recuerdos, privaciones y ocultamientos de la pareja. Lo mejor de la película es, sin duda Bergman con su dirección y su espléndida grabación. En ella, el director utiliza planos generales, donde se puede llegar a admirar el paisaje, mezclados con primerísimos primer planos que producen un acercamiento brutal a los personajes y a la situación como a la escena. El guión, escrito por él mismo, es inteligente y abrumador con diálogos y frases que dejan huella; “¿Es cierto que las personas que comparten toda una vida acaban por parecerse? ¿Y que acaban con el mismo aspecto e incluso pensando igual? ¿Por qué será?”, “La gente suele volver a la escena del crimen, para cometer nuevos crímenes”, simplemente con diálogos es capaz de producir terror en diversas escenas. Lo que no acaba de convencerme del todo es la banda sonora de Lars Johan Werle, compositor también de “Persona”, obra del mismo director pero con mejor banda sonora. En cuanto a las interpretaciones, Liv Ullmann (musa del director con la que tuvo una hija) hace una gran actuación en el papel de pareja sufridora y enamorada. Max von Sydow, leyenda de la interpretación sueca hace una brillante actuación metiéndose de lleno en el papel. La puesta en escena tan gótica y oscura con una fotografía en blanco y negro excepcional complementa esta película a la perfección.

Hay dos formas de interpretar la película, mediante lo espiritual y lo surrealista donde cada “demonio” es un miedo del artista (Johan) o mediante el terror gótico donde todo ocurre en realidad y no en la cabeza del pintor.

Lo mejor de la película a opinión personal, es como el director combina los sueños con la realidad dando paso a diversas escenas brutales como el momento de la pistola o la dureza de la escena necrófila y demás escenas surrealistas del tercer acto en el castillo. Unha escena de la película que mezcla las dos interpretaciones de la cinta (medio espiritual o gótico) ocurre en el segundo acto tras el regreso del castillo de la pareja donde Johan explica el nombre de la película: “La hora del lobo es el momento entre la noche y la aurora cuando la mayoría de la gente muere, cuando el sueño es más profundo, cuando las pesadillas son más reales, cuando los insomnes se ven acosados por sus mayores temores, cuando los fantasmas y los demonios son más poderosos. La Hora del Lobo es también la hora en que nacen la mayoría de los niños”.

Si te gusta el director sueco, los temas de la psicología humana, el terror gótico, el surrealismo, lo demoníaco, los vampiros, los lobos, la oscuridad,… esta es sin duda tu película. Disfrútala y recuerda que si vas a verla, hazlo en los términos de Bergman.