Realmente la película no empieza mal. El típico drama de la hija desaparecida y el misterio de que sucedió. A los 20 minutos de película, ya empieza la cosa a desmadrarse. O mejor dicho, a desmoronarse.

Religión, religión, y más religión. Oh pobre Dios que no puede proteger a todos, pero da igual lo que le haya pasado a tu hija Sam, tu has de creer porqué así el mundo es mejor.

Un milagro que consiguiera acabar de verla.