Comedia clásica muda entrañable.
Hace un siglo que fue realizada y aún continúa plenamente vigente: la fiebre consumista, las falsas apariencias y el deseo de aparentar más de lo que se es, la febril jungla de asfalto repleta de rascacielos, las prisas en un mundo acelerado urbano, etc.
No sólo es la magnífica y memorable secuencia de la escalada (también vigente en el sentido de los actuales "influencers" que buscan los retos más arriesgados para sus seguidores), sino mucho más.
Divertida, locuaz y paradigma de miles de comedias de situación posteriores: sus técnicas humorísticas, narrativas y de rodaje son pioneras e innovadoras; constituyen por si mismo un valor creativo imponderable.
Por otro lado, su estilo no refleja el humor afligido, melancólico e inexpresivo de Keaton o, el humor inclusivo, sentimental y melodramático de Chaplin; al contrario, Lloyd propone un humor fresco, despreocupado, gratuito, feliz y absurdo.
Obra maestra.