Queda ya lejos aquel 1993 en el que hacia su aparición la que sería uno de los taquillazos más sonados del cine del siglo pasado. Steven Spielberg sorprendió a propios y extraños con una película familiar basada en la no tan famosa novela de Michael Crichton “Jurassic Park” que rápidamente se convirtió en un fenómeno de masas, vendió muñecos, camisetas, videojuegos (algunos realmente memorables) y generó una bochornosa suma de dinero.

Pocas cosas se le pueden echar en cara a “Jurassic Park” teniendo en cuenta el contexto en el que salió, rodeada por doquier de otras pelis fabulosas que hoy llamamos “el maravilloso cine familiar y de acción de los 90″ con una lagrimita en el ojo. Y es que si bien la película, como la mayoría de las del género por la época, cometía un montón de errores de bulto y los one-line saltaban como palomitas en el microondas, no se puede negar que en cotas de entretenimiento y espectacularidad rozaba la excelencia.

Ya ha llovido mucho, y ahora, en pleno 2015 esperamos nada menos que la cuarta parte de la ya saga, que comenzó Spielberg en el 93. Los efectos digitales que en su día nos dejaron completamente perplejos a todos hoy son el pan nuestro de cada día, incluso en teleproducciones y series de segunda, y es ahora que el artificio no impresiona tanto, cuando nos sentamos a ver la ya veterana película de dinosaurios valorándola como simple cine y no como hito tecnológico.

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¿Ha aguantado bien “Jurassic Park” después de más de 20 años?
Me complace decirte así, a las claras, que sí. “Parque Jurásico” ha perdido la capacidad de sorprender con sus efectos digitales, sí, pero su fotografía, sus fantásticos personajes, su mítica banda sonora y sobre todo, su perfecto ritmo narrativo siguen estando en lo más alto del cine de aventuras.

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Fragmento extraído de www.generacionfriki.es