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Voto de Sodapop:
6
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Comedia. Drama
Medio-oeste americano, 1967. Larry Gopnik (Michael Stuhlbarg) es un profesor de física que ve cómo de la noche a la mañana su vida se derrumba. Es un hombre bueno, un marido fiel y afectuoso, un buen padre y un profesor serio, pero, de repente, todo en su vida empieza a ir mal. Su mujer lo abandona sin explicaciones, y el amante de ella lo convence para que deje su casa y se mude a un motel por el bien de los niños. Además, su carrera ... [+]
14 de enero de 2010
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los Coen vuelven a su peculiar visión de la palabra comedia con una crítica a ratos cruel y a ratos desde el cariño del judaísmo. Si bien no es para nada la mejor de los hermanos, si que tiene ese toque Coen, esos diálogos ingeniosos y ese ensañamiento con sus personajes tan característicos.
La película es difícil de digerir y eso es lo peor que le puede pasar a una comedia. Si bien hay momentos buenísimos (como la historia de "los dientes del gentil") la mayoría de la cinta trascurre a un ritmo lento y francamente, es más conceptual e irónica que graciosa, y cuando lo es, lo consigue mediante artimañas de cualquier peli tipo American Pie (como un cuelgue de marihuana). Y yo que sé lo mismo del judaísmo que de física cuántica pues no habré pillado los muchos guiños y pullas a esa religión. Aunque el mensaje del film es claro y se muestra en la primeria línea y en ese extraño prólogo.
Muy bien rodada, esto no es nuevo, y con buena música (llevo todo el día canturreando el Somebody To Love). El protagonista es una especie de Ned Flanders cruzado con un personaje de Woody Allen al que le suceden una serie de desgracias (aquí los Coen se ponen las botas) y como buen judío, necesita encontrar el motivo divino de tanta humillación. Y entremedio todo un análisis del judaismo y de la tradición.
Para mí es buena como película, pero mala como comedia aunque seguramente merezca más nota de la que le doy, puede que gane al segundo visionado.
La película es difícil de digerir y eso es lo peor que le puede pasar a una comedia. Si bien hay momentos buenísimos (como la historia de "los dientes del gentil") la mayoría de la cinta trascurre a un ritmo lento y francamente, es más conceptual e irónica que graciosa, y cuando lo es, lo consigue mediante artimañas de cualquier peli tipo American Pie (como un cuelgue de marihuana). Y yo que sé lo mismo del judaísmo que de física cuántica pues no habré pillado los muchos guiños y pullas a esa religión. Aunque el mensaje del film es claro y se muestra en la primeria línea y en ese extraño prólogo.
Muy bien rodada, esto no es nuevo, y con buena música (llevo todo el día canturreando el Somebody To Love). El protagonista es una especie de Ned Flanders cruzado con un personaje de Woody Allen al que le suceden una serie de desgracias (aquí los Coen se ponen las botas) y como buen judío, necesita encontrar el motivo divino de tanta humillación. Y entremedio todo un análisis del judaismo y de la tradición.
Para mí es buena como película, pero mala como comedia aunque seguramente merezca más nota de la que le doy, puede que gane al segundo visionado.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Tengo dos versiones sobre el final, sobre la conversación del doctor:
- Primera y la más probable conociendo el grado de azufre en sangre de los Coen: terminan de rematar al pobre protagonista. El pavo tiene algo grave.
- Segunda y no muy descabellada: al igual que el dentista que encontró sus respuestas en los dientes de un gentil, él tiene algún mensaje vete a saber en qué parte de su cuerpo.
Aunque seguramente, sea algo para afirmar el prólogo: aceptémoslo con simpleza, no nos comamos el coco. Quizás el doctor no quiere hablar por teléfono porque su secretaria está con el culo en pompa ordenando el fichero y se desconcentra, vete a saber. Yo me quedo tan tranquilo.
- Primera y la más probable conociendo el grado de azufre en sangre de los Coen: terminan de rematar al pobre protagonista. El pavo tiene algo grave.
- Segunda y no muy descabellada: al igual que el dentista que encontró sus respuestas en los dientes de un gentil, él tiene algún mensaje vete a saber en qué parte de su cuerpo.
Aunque seguramente, sea algo para afirmar el prólogo: aceptémoslo con simpleza, no nos comamos el coco. Quizás el doctor no quiere hablar por teléfono porque su secretaria está con el culo en pompa ordenando el fichero y se desconcentra, vete a saber. Yo me quedo tan tranquilo.