Amigo Jean-Luc:
Siento decirle, aunque, debido a mi corta edad, no me sonroje por ello, que es la primera película suya que leo, y digo bien, que leo. Déjeme decirle que es usted un maestro del diálogo, desde luego, su primer largometraje no tiene ni una frase de desperdicio, ¿dónde aprendió a moverse de tal forma a través de la expresión oral?. Sinceramente, esta pregunta no reportaría mucho a mi persona, pues no me dedico a ésto, pero le agradecería que impartiera clases de guión a más de uno y a más de cuarentamil (sin exagerar) directores y guionistas que, empeñados en el cine-dinero fácil, abogan por unos textos de todo a cien realmente pésimos, facilones y en muchas ocasiones dañinos para el oído.
Cambiando de tema, ¿qué le gusta más, cortar o pegar? No se lo tome a mal, viejo amigo, ha sido sólo un comentario jocoso para hacerme el graciosillo ante el lector de esta carta abierta. Simplemente quería hacer referencia a sus cortes y empalmes sin ton ni son, ¿o son con ton y son? Si bien es verdad que esta novedad en el montaje ha sido pionera y beneficiosa en general para el cine y que me apasionó durante la primera media hora de cinta, en mi opinión abusó de este toque experimental.
No quiero despedirme sin destacar los papeles protagonistas de la historia, interpretados por Jean-Paul Belmondo y la guapa Jean Seberg, que cumplen con nota con su trabajo.
Finalizo, asegurándole que, una vez montado en el barco de los que admiran su trabajo, y con la esperanza de no tener que ir a nado hacia el barco opuesto, le seguiré de cerca a través de su filmografía.

Convencido de que ha sido un gran comienzo, se despide un nuevo lector de su obra.
Hasta otra

PD:felicite de mi parte a su colega François por su gran aportación.

NOTA: 8.7