Lang, tras su más que corta andadura francesa, da sus primeros pasos en EEUU con este film, y cuenta para ello con un Spencer Tracy casi desconocido que despegaría, recién firmado un importante contrato con la Metro, a partir de esta cinta hacia el éxito. El austriaco también se coge del brazo de Sylvia Sidney, con la que repetiría aventura un año más tarde en 'Sólo se vive una vez', segundo film del director en Norteamérica.
Lo mejor de la película es Tracy, en una interpretación notablemente lúcida, en el papel de hombre honesto, legal y enamorado, al cual, un día en el que se dirige a encontrarse con su prometida, le cambia la vida y, más importante aún, su forma de pensar y todo por lo que había luchado hasta el momento. La actuación de Sidney tampoco tiene desperdicio, pero, todo hay que decirlo, queda algún palmo por debajo de la de su compañero de viaje.
En cuanto dirección se refiere, Lang realiza un trabajo sólido pero con altibajos. En mi opinión, se le podía haber sacado más jugo al inicio de revuelta de los lugareños, y podía haberse enriquecido más la parte y motivos de la detención de Joe. Por otra parte, son sobresalientes los primeros planos que utiliza el director en más de una ocasión, reflejando una infinidad de sensaciones en algunos rostros. Las dos o tres escenas cumbres de la obra, excelentemente llevadas por Lang, dejan demasiado por debajo a otras, pocas, escenas de la misma, lo que contribuye, junto con lo dicho anteriormente, a que mi nota a la película no pueda alcanzar el notable. Nota: 7.5.