La idea de que la tecnología ayude a controlar a una persona desde su nacimiento no salva este mediocre capítulo que parece emular un telefilm de medie tarde.

Melodrama superficial sobre como una madre jode a su hija con su sobreprotectora educación, que terminará exactamente como esperas que termine, o incluso con un tono mucho más suave. No necesitábamos a ‘Black Mirror’ para contarnos esta estupidez, mucho menos de forma tan común.

Interpretaciones en consonancia con la calidad del episodio, osea, deplorables. Ritmo irregular, trama aburrida. Cualquier crítica posible sobre el control, la formación de una persona, la tecnología o la censura se pierde entre bostezos de indiferencia.

Toda la vida los padres han jodido a los hijos, de una forma u otra, de manera consciente o inconsciente. Es el ciclo de la vida. Y es un buen tema central para una película, pero en este caso está claro que se ha desperdiciado con una trivialidad tópica.

Chatarra electrónica.