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España España · Crystal Lake
Voto de Biopunk:
1
Terror Después de sufrir una maldición, Jesse empieza a ser perseguido por fuerzas misteriosas, aunque su familia y sus amigos harán todo lo posible para salvarlo. Spin-off latino de la saga Paranormal Activity. (FILMAFFINITY)
15 de febrero de 2016
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como a estas alturas está claro que Paranormal Activity es basura, vamos directamente con las tonterías de esta entrega. La verdad es que resulta sorprendente como se superan en cada película enrevesando la historia con vueltas de tuerca inverosímiles y estupideces descojonantes:

- El juego de Simon, el de recordar colores, se utiliza como ouija. Es tan patético que no da risa, pero sin duda resulta un serio competidor de la Xbox cazafantasmas de la 4ª parte.

- Los señalados, es decir, los poseídos, ahora tienen superpoderes. Mueven cosas, levitan, se teletransportan... de todo.

- Los chavales salen a ligar y se traen a las tías a la casa de la vecina satánica asesinada hace un día. No había mejor sitio, ¿verdad?

- Un par de matones se acercan a darte una paliza, y tu amigo en lugar de ayudar sigue grabando con la cámara todo lo que ocurre. Jajajaja, pero que cabrón.

- Esta ha sido toda una sorpresa: ¡Viajes en el tiempo! Jajajajaja. Está claro que la franquicia ha perdido el rumbo. Me pregunto si en la siguiente entrega iremos al espacio...

- La historia sigue dando tumbos en busca de una coherencia imposible. De demonios canguro se ha pasado a pactos con el diablo, ofrendas de primogénitos, aquelarres de brujas y ahora ejércitos de poseídos con poderes. Madre mía... y encima se obstinan en enlazar todo con la primera entrega cuando la primera entrega no tiene nada que ver con todo esto. Las apariciones de la protagonista de la película original en cada secuela son de lo más forzadas y absurdas, coño. Y en esta la que más.

Dicen que es un spin-off aunque yo no sé muy bien por qué, pues tiene un par de cambios pero es más de lo mismo. Esta vez la grabación es una estricta cámara en mano, ahorrándonos los insufribles planos fijos en que no pasa nada y potenciando los insufribles movimientos parkinsonianos en su lugar; y por otro lado los protagonistas son unos jóvenes latinos estereotipados que se pasan el día jugando a Jackass y grabando sus tonterías sin justificación en lugar de una familia que decide hacer de su casa un Gran Hermano casero sin justificación. Vamos, que a fin de cuentas es lo mismo.

Supongo que la única pregunta que queda por hacerse es cómo alguien puede seguir viendo esto, yo incluido. Bueno, a mí me han llegado a hacer gracia a pesar de ser tan malas, es que cada entrega es un disparate mayor que la anterior, y la curiosidad es una fuerza poderosa... pero desde luego no pagaría por verlas ni poseído.
Biopunk
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