Así es como podría definirse esta serie llena de humor, misterio e incluso drama. Unos actores que encandilan, unas situaciones de lo más originales (y me atrevo a decir incluso, clásicos del mañana) y unos personajes realmente complejos y a los que se acaba queriendo.
Destaco el personaje de Eva Longoria, que no se deja pisar por nadie y que acaba consiguiendo lo que quiere o a Bree, esa perfecta ama de casa cuyo mundo se desmorona pero no permitirá que la gente vea que esto se note... o Lynette, la perfecta madre al cargo de tres diablillos (y una pequelñita... jeje) y queda Susan, que es natural como la vida misma y que aporta fragilidad e inocencia...