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España España · Málaga
Voto de Paco81:
8
Acción. Aventuras Las aventuras de una peculiar banda de moteros que viajan por pequeños pueblos estadounidenses vestidos como si de caballeros de la Mesa Redonda se tratara. Allí donde paran, organizan fiestas medievales en las que la gente puede comer y beber, comprar artesanía y disfrutar de torneos a bordo de espectaculares motos. Su vestimenta no es lo único peculiar, sino sus reglas y estilo de vida, que procuran mantener según seguían los hombres ... [+]
6 de abril de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De manera sencilla, podemos considerar este filme como una de esas obras plagadas de las virtudes de los años 80: personajes carismáticos, honor, camaradería, aire simpático y acción de la buena con especialistas arriesgando su integridad física, lo que da a luz emocionantes escenas de acción en las justas motorizadas. Pero, más allá de esto, Romero ofrece su pesimista visión de la sociedad contemporánea, y ver su habitual crítica social es lo que nos hace tener una visión completa de lo que ofrece la película.

Los caballeros de la moto se rodó en la mejor época del director y fue, de hecho, la primera película que realizó tras su exitosa "Dawn of the dead", lo cual a mí me hace pensar que pudo ser uno de sus proyectos más deseados por elegirlo cuando en mejor situación estaba tras su clásica película de zombis. Por eso creo que pudo haber sido el gran "capricho" del director a lo largo de su carrera, ya que la importancia en este film no son los hechos que hacen avanzar la trama (que, sobre todo al principio, uno no sabe hacia dónde va), sino la cotidianeidad "intrascendente" en la que el director explora los temas que le interesan. Para ello, el filme tiene una fuerte base en su guion mediante profusos diálogos, desarrollándose en su versión íntegra en dos horas y media, con la densidad narrativa habitual del realizador.

Podríamos mencionar también en las intenciones de Romero de "darse el capricho" de contar una historia a su gusto el hecho de tener cierto "hippismo tardío". Recordemos que Romero es un buen ejemplo de realizador influenciado por las nuevas formas de pensar y la contracultura de los 60, lo cual es palpable desde su ópera prima con La noche de los muertos vivientes (protagonista negro, cuestionamiento a la familia tradicional, crítica a la violencia, etc.). Sin embargo, esto desapareció (o quedó enormemente reducido) en los 80 con la "era Reagan" (Reagan llegó a la presidencia precisamente el mismo año de estreno de este filme), por lo que Los caballeros de la moto se imbuía de un espíritu que no pasaba por su mejor momento. Como hacía Romero de manera habitual en su filmografía, utilizaba ciertos códigos genéricos de manera metafórica. En este caso, la historia de un grupo de gente que sigue una forma de "vida artúrica" es el pretexto con el que Romero retrata a unas personas ajenas al sistema. En este sentido, Ed Harris como el Rey Arturo representa uno de los pocos personajes de la filmografía del director que no se deja corromper por el sistema, representando los férreos principios. Sin embargo, el personaje encarnado por el realizador de efectos especiales, aquí como actor, Tom Savini, representa la forma práctica de actuar tratando de beneficiarse del sistema pero, claro, inevitablemente engullido por éste. Ni que decir que el promotor representa el sistema capitalista.

Teniendo en cuenta la manera exitosa de llevar todo esto a cabo, Los caballeros de la moto es todo un buen manjar para los seguidores de George Romero, los que disfrutan de su filmografía más allá de sus películas de zombis. Su equilibrio entre la comercialidad, siendo todo un divertimento plagado de buenas escenas de acción, con el cine de autor, tomándose todo el tiempo para desarrollar los clásicos temas de crítica social de su filmografía, hacen de ésta una película tan accesible como profunda, y además me gustaría señalar este como un caso de inclusión bien entendida, en contraste con los tiempos de corrección política que vivimos y su inclusión forzada. En el caso que nos ocupa, se lleva la leyenda artúrica a los Estados Unidos contemporáneos, y tenemos a un Merlín negro, un presentador gay, un guardián indio y mujeres como mecánica y caballero, todo esto sin la condescendencia habitual de nuestros días, respirando una naturalidad que tanto se echa de menos.

En definitiva, tenemos una película que no es una "peli rara" dentro de la filmografía del realizador estadounidense, como algunos opinan, sino un filme con toda su esencia, aunque en este caso mediante una transmutación de la leyenda artúrica en una muy notable "road movie" y, como dije, con las virtudes del ochenterismo sin entrar en el "sistema Reagan", manteniendo los mismos principios que su Rey Arturo.
Paco81
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