Nunca he sido fan de las telenovelas, o "culebrones" como les decimos en España. La serie de mi vida es "Lost" y "Spartacus" y "Sense 8" son otras de mis "top". Todas tienen en común las diversas historias personales que se entrecruzan en una trama principal y varias secundarias, con episodios adictivos que mezclan con genialidad la intriga, el humor, el drama, la acción y sobre todo el amor. Hermosísimas historias de amor que atraviesan por dificultades, traiciones, penalidades, llantos, besos apasionados..... y que consiguen llegar a nuestros propios corazones.

Pues bien, esta magnífica serie colombiana tiene todos esos ingredientes. Puedo asegurar que he sentido, sufrido y llorado con los personajes y sus vidas a lo largo de sus 85 capítulos. Obviamente es una producción mucho más modesta en comparación con las que cité antes, pero sus imprevisibles giros argumentales y las excepcionales interpretaciones de los actores (mención especial para la pareja protagonista) suplen cualquier carencia.

Quiero felicitar a todo el equipo responsable de esta gran serie, nunca la olvidaré. Y quiero animarte a que la veas. Si eres de los que te emocionaste en la escena del reencuentro entre Sawyer y Juliette en la máquina expendedora de chocolatinas (obviamente hablo del capítulo final de Lost) simplemente no te la puedes perder.