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Voto de Juan Marey:
9
Ciencia ficción. Terror Durante unas excavaciones en Londres, aparece un extraño objeto de gran tamaño. Al principio se cree que puede ser una bomba de la Segunda Guerra Mundial lanzada por los nazis. El ejército descubre que no es nada parecido y llama al profesor Quatermass, que junto con el doctor en antropología Roney y su ayudante Bárbara Judd intentaran explicar el enigma. El profesor Quatermass descubre en su interior unas criaturas alienígenas que ... [+]
25 de diciembre de 2023
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Doce años después de “El experimento del Dr. Quatermass” y una década después de “Quatermass 2”, la Hammer se decidió a recuperar el personaje del doctor Bernard Quatermass en esta tercera entrega, basada, como sus predecesoras, en un serial televisivo de Nigel Kneale, dirigido por Rudolph Cartier y protagonizado por André Morell como Quatermass, y emitido en Gran Bretaña a partir del 22 de diciembre de 1958. Tanto el serial como la posterior película se pasaron a llamar “Quatermass and the Pit” (en España recibió el infame título de “¿Qué sucedió entonces?”), título que se podría traducir como “Quatermass y el Foso”, para los ingleses situaba bien la historia en un momento muy concreto del tiempo, cuando las últimas zonas de Londres castigadas por los bombardeos alemanes de la Segunda Guerra Mundial estaban siendo reconstruidas, se habían realizado movimientos de terreno y excavaciones de cimentación que habían desenterrado restos romanos o medievales, circunstancia que Kneale aprovechó para preparar la base sobre la que se desarrollaría la acción, así, durante la construcción de una línea de metro, se descubre una nave marciana que ha permanecido enterrada durante miles de años, la presencia alienígena cobra nueva vida y empieza a despertar entre quienes se hallan alrededor ancestrales recuerdos raciales sepultados en el inconsciente colectivo.

“Quatermass and the Pit” está considerada por muchos como la mejor película de la trilogía, uno de los films fantásticos más memorables de los rodados en la década de los sesenta. Aunque a primera vista no lo parezca, esta fabulosa historia trata sobre la conveniencia de combatir cualquier tipo de intransigencia, sobre todo esa que puede llevarnos al límite del radicalismo, y que suele concretarse en la siniestra tendencia humana de destruir lo que es diferente de nosotros, la película encierra una parábola genial, sustentada en la presunción de que tales sentimientos destructivos puedan proceder, en su origen, de unos seres extraterrestres que llegaron a la Tierra hace cinco millones de años, y que hayan sido transmitidos a la humanidad en una especie de colonización por poderes, quizás por eso Baker y Kenale, con gran acierto, decidieron asociar el proyectil (o mejor dicho, nave espacial) llegado a nuestro planeta hace cinco millones de años, dejando huella de su existencia en los dibujos de una cueva realizados por trogloditas unos 30.000 años atrás, con una leyenda diabólica que se ha transmitido de generación en generación y con la hipótesis de que la Humanidad sea el resultado de la evolución de un pueblo alienígena.

Una obra maestra del cine de ciencia-ficción, sin duda una de las la mejores películas de toda la filmografía de Roy Ward Baker, a la sazón uno de los grandes realizadores de la Hammer y uno de los mejores directores de cine fantástico de la historia. Respecto a sus predecesoras en la saga “Quatermass”, la principal novedad de esta película, aparte del uso del technicolor, es Andrew Keir, que da vida a Bernard Quatermass, Keir era un excelente actor que ya había trabajado en películas tan importantes como “El robo al banco de Inglaterra (John Guillermin, 1960), Cleopatra (Mankiewicz, 1963), “La caída del imperio romano” (Anthony Mann, 1964), o”Drácula , principe de las tiniebla (Terence Fisher, 1966), aunque su interpretación de nuestro admirado científico es más que correcta, no consiguió que los aficionados olvidaran al genial Brian Donlevy, que siempre será recordado como el único y genuino doctor Bernard Quatermass.

Film de culto donde los haya, una obra de imprescindible visionado para todo amante de la ciencia-ficción. Disfrutadla, vale la pena.
Juan Marey
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