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Voto de Juan Marey:
9
Drama Nueva York, principios del XX. Crónica de la vida de una humilde familia de inmigrantes irlandeses que reside en el barrio de Brooklyn. El padre es un hombre amable, pero con problemas de alcoholismo; la madre una mujer luchadora, y la hija pequeña es una chica brillante que sueña con salir del barrio para emprender una nueva vida. (FILMAFFINITY)
4 de marzo de 2018
10 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Generalmente no se tienen en especial estima las primeras películas filmadas por Elia Kazan, todas ellas rodadas bajo contrato para la Fox, me refiero a LAZOS HUMANOS, a EL JUSTICIERO y a PÁNICO EN LAS CALLES; a mí me encantan, especialmente esta maravillosa película que hoy nos ocupa. Sorprende ver como apenas se conoce actualmente el título que supuso su debut cinematográfico en el año 1945, A TREE GROWS IN BROOKLYN –LAZOS HUMANOS en España-, y sorprende porque considero que se trata de una excelente película que revela las inquietudes y dominio del lenguaje cinematográfico por parte del entonces debutante Kazan, adelantando algunas de las posteriores inquietudes y rasgos personales que caracterizarán su obra.

Adaptación de una novela de Betty Smith, la obra de Kazan se detiene en la descripción del Brooklyn de principios del Siglo XX a través de las tribulaciones de una humilde familia que capitanea el matrimonio formado por Johnny (James Dunn) y Katie Nolan (Dorothy McGuire). El primero es un hombre idealista, simpático y aficionado a la bebida. La madre es una mujer sumamente trabajadora, responsable y quizá por ello más apegada a la realidad y áspera en su comportamiento. Pero van a ser los hijos de esta familia, especialmente la adorable Francie (Peggy Ann Garner), sobre los que girará el contenido de esta producción de inspiración familiar, que se inicia precisamente con un recorrido por los exteriores de Brooklyn y las artimañas de los pequeños para lograr algo de dinero.

Kazan nos demuestra lo muy a gusto que se encontraba con la cámara, recordando de forma paralela sus orígenes teatrales en los excelentes decorados de exteriores, potenciados por la no menos magnífica fotografía en blanco y negro de Leon Shamroy. Pese a ser una obra de debut, LAZOS HUMANOS demuestra la pericia de Kazan, siendo muchos los instantes caracterizados por su acierto cinematográfico; pero me gustaría destacar como ya en su primer film Kazan nos muestra con naturalidad elementos que luego desarrollará en su obra posterior, entre ellos podemos citar la influencia de la inmigración a los Estados Unidos, la tensión lograda en la incorporación de elementos externos en la evolución de los personajes (la nieve en las escenas navideñas, la lluvia en el parto de Katie), por supuesto la fuerza expresiva de esos interiores llenos de pobreza, y no podemos olvidar la excelente dirección de actores que prima en el film y que se extiende hasta en los niños que encarnan a los hijos. Con una mirada cálida pero nada complaciente, el novel director demostró su capacidad narrativa y su talento para extraer lo mejor de cada intérprete.

Una estupenda y entrañable película.
Juan Marey
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