Basada en la primera novela de la Trilogía de la oscuridad de Guillermo del Toro y Chuck Hogan, ‘The Strain‘ es una serie de la cadena de televisión FX y de reciente creación, que ha sido renovada para una segunda temporada. Una grata sorpresa en la cosecha norteamericana de este año.

‘The Strain’ es una serie que estaba ahí, agazapada, esperando para deleitar mientras nos entreteniamos con otras series que no tienen ni el calibre ni el nivel que al final ha demostrado tener esta. Y eso que las señales indicaban que el producto, apadrinado por Guillermo del Toro, iba a estar a la altura de sus producciones. Y así es.

No os dejéis engañar por el argumento, por las caras poco conocidas o por cualquier otro motivo que pueda llevaros al despiste. Tampoco me malinterpretéis porque no es la panacea y no inventa la pólvora. Pero que me aspen si ‘The Strain’ no me tiene más tensión y emoción que toda la tercera y cuarta temporada de ‘Homeland’.

Devolviendo a su sitio al género vampírico y situándolo en un grado totalmente opuesto al de la saga ‘Crepúsculo’, aquí no hay vampiros guapos de esos que lucen y brillan a la luz del sol. Aquí tenemos los míticos vampiros obsesionados con su sed de sangre apadrinados por megalómanos obsesionados con la inmortalidad. Vampiros que no pueden ver la luz del día y son alérgicos a la plata. Vampiros como un virus que transforma al ser humano.

El desarrollo y planteamiento inicial, acaba llevando a un desarrollo de acontecimientos oscuro y lógico. Es difícil de creer en algunos momentos y ahí depende del grado de verosimilitud que la des, pero ‘The Strain’ tiene mucho más. Tiene unos efectos especiales muy dignos para una producción de su calibre y un diseño artístico muy currado con un look “del Toro”.

Corey Stoll, que ya sorprendió a muchos con su intervención en la primera temporada de ‘House Of Cards’, coge el peso general de la serie siendo el gran protagonista, humano y con debilidades (que en algún caso nos pondrán nerviosos) que quiere proteger a toda costa a su familia.

Arropado por una gala de secundarios a cada cual más original, empezando por el señor Setrakian y superviviente del Holocausto. Un tipo que entona el “Os lo avisé” cada dos por tres pero de mucha valía. Quizás los flashbacks, aunque necesarios, sean la parte donde la acción de ‘The Strain’ se vuelve más lenta.

Uno de los personajes más reseñables es Fet, el exterminador de ratas de origen ucraniano. Luego está el señor Palmer, un anciano multimillonario aliado con Thomas Eichorst, el contrapunto a Setrakian. Kelly es la ex esposa del protagonista y Nora la bioquímica del equipo y amante. Dutch es una atractiva hacker que trabaja para Palmer y Jim Kent (¡Sam Sagaz!) el administrador del equipo. Todos ellos tienen que impedir la extinción.

Trece episodios con destellos brillantes forman la primera temporada que no puedo más que recomendar. Destaca el primer episodio, de una hora larga de duración y dirigido por Guillermo del Toro que te engancha completamente a la serie. Mención especial para el episodio del ataque a la gasolinera y el buen desarrollo final de los últimos episodios.

Vamos, que no perdáis el tiempo con otras. Si os gustan las series de ciencia ficción y queréis recuperar el mito de los vampiros esta es vuestra serie.

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