No os voy a engañar: ‘Espías’ ya la habéis visto más de una vez en televisión, con otros actores y otra trama de por medio. Pero al menos ‘Espías’, tampoco os intenta engañar. No te va a intentar ofrecer algo que no puede hacer, pero va a intentar que, durante una hora y media, aparques las neuronas y te rías un rato. Y lo consigue.

Paul Feig, el artífice del éxito de ‘La Boda de mi mejor amiga’ (un auténtico pelotazo en Estados Unidos con una Kristen Wiig inmensa) vuelve a contar con Melissa McCarthy y Rose Byrne para una película sobre acción, explosiones, intrigas que son lo de menos y una buena dosis de humor sano. Buen grado del éxito que pueda tener en vosotros ‘Espías’ reside en lo bien que os caiga Melissa McCarthy, que en ‘Por la cara’ estaba bastante inaguantable. Aquí, mucho más entonada o sabiendo bien el director donde puede hacer gracia, la McCarthy funciona.

Pero por si ella no fuese plato de buen gusto, hay dos titanes escondidos en el reparto: son Jason Statham y Jude Law. Me encanta aquellos actores que son capaces de reírse de sí mismos en pantalla grande y los dos cumplen con creces. Statham se cachondea de su lado duro mientras pierde su arma porque la gabardina se enrolla con la puerta. Jude Law es capaz de perder su aspecto sexy con un estornudo inoportuno. Bazas que la cinta juega muy, muy bien y que hacen que McCarthy coja aire porque así no toda la comedia recae sobre ella. Incluso Rose Byrne funciona.

Se digiere bien y no te hace pensar. ‘Espías’ es la clase de película que uno puede ver en verano mientras se refresca con el aire acondicionado. Además consigues reírte un buen rato. No se la puede pedir más.

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