Mucha expectación había creado la adaptación de la famosa novela histórica de Noah Gordon que todavía no he leído y que pienso leer (todo el mundo me habla maravillas de ella). Pero el hecho de que sea una producción europea (lo sé, hay excepciones como ‘Enemigo a las puertas’) me hizo bajar el listón de las posibilidades del film que, aunque está bastante conseguido y entretenido para un metraje tan largo (sin lugar a dudas, el argumento engancha y es muy bueno), le falta sangre en las venas. Falta un poquito de pasión.

Está bien el reparto coral con un Tom Payne capaz de aguantar él solito la película entera secundado por los solventes Stellan Skarsgård, Olivier Martinez, Emma Rigby y Ben Kingsley, no hay nada que me diga que esta película está dirigida por Philipp Stölzl. Me explico: Si le cambiamos el nombre al director nos hubiera dado lo mismo. Se ha encorsetado demasiado, o quizás no le han dejado jugar (había mucho dinero en juego). Es un producto muy impersonal, sin un toque especial.

Hay huecos y peros en su guión (no termina de explicar ni explotar del todo ese misterioso “don” del protagonista) sin duda lastrado por la voluptuosidad de la novela original. Es un trabajo correcto de dirección al que le falta algo. Es un producto que quiere jugar en las grandes ligas de las superproducciones y competir con las americanas pero no lo consigue. Está bien, pero podría haber dado más de si.

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