Parece que estamos acostumbrados a ver a ciertos directores encasillados, como rodando siempre películas de los mismos géneros. Es como si Scorsese estuviese obligado por contrato solo a hacer películas sobre mafiosos porque es lo que mejor se le da. Aquí, vuelve al terreno del thriller psicológico (con tintes de novela negra), muy cercano a la maravillosa ‘El Cabo del Miedo’ para adaptar una novela de Dennis Lehane.

La isla de ‘Shutter Island’, desde el comienzo, da un rollo malo, muy malo. Está donde Cristo perdió la zapatilla y tiene un clima de mil demonios. Hasta allí, Teddy viaja con su compañero para intentar esclarecer lo sucedido con una paciente perdida del psiquiátrico que hay allí. Pero, cuanto más escarba en la verdad de lo que sucede, más extraño resulta todo.

Presentado el paraje en el que sucede la acción, la otra parte importante en la que la historia debe apoyarse es en la actuación de DiCaprio. Si bien es cierto que en ‘El Aviador’ estaba excesivo, aquí por fin se luce de verdad. Apoyado por una serie de secundarios muy solventes, DiCaprio aguanta la película entre flashbacks y desvaríos del protagonista al que da vida. Scorsese tiene claro que, si él convence, al espectador le convence, y así es. La trama engancha porque él se esfuerza, primero en crear un personaje complejo y, segundo, descubrir al espectador los distintos rincones de la isla.

Sin ser una obra maestra, ‘Shutter Island’ es una cinta muy notable del realizador. Bien montada, ambientada y con una música que te hacen estar inquieto en tu butaca.

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