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España España · MADRID
Voto de Spark:
6
Drama. Comedia A principios de los años setenta, una época de gran agitación social con la encarnizada lucha por los derechos civiles como telón de fondo, Ron Stallworth se convierte en el primer agente negro del departamento de policía de Colorado Springs. Pero es recibido con escepticismo y hostilidad por los mandos y algunos de los agentes. Sin amedrentarse, decide seguir adelante y hacer algo por su comunidad llevando a cabo una misión muy ... [+]
4 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine de intrigas policiales basado en hechos reales, sobre la incursión de incógnito (capitaneada por Ron Stallworth (John David Washington)) dentro del ku klux klan en los años 70. Años en los que la sociedad estadounidense privilegiada y blanca aún no aceptaba la integración racial ni dentro de la policía ni fuera de ella (aunque el racismo por esos lares sigue terriblemente enquistado en numerosos sectores). Y así, el film de Spike Lee entremezcla necesaria y potente denuncia social (nunca está de más mostrar de forma transparente y sin filtros la estupidez en todas sus aristas (desde la ignorancia patética hasta la más seca maldad) de aquel que no ve a su alrededor a seres humanos como él sino que condena según el aspecto físico que no es clavado a él en el color de la piel) con lances policiacos, suspense detectivesco y homenaje al "blaxploitation" (aquel cine que llenó la pantalla en los 70 con héroes de acción a ritmo de soul, funky y tramas someras). Aunque en opinión de quien esto escribe Quentin Tarantino ha sabido exaltarlo con mayor genio y avidez que el prolífico pero sobrevalorado Lee (y para muestra basta con acercarse a "Jackie Brown" (1997), "Pulp Fiction" (1994) o "Django desencadenado (2012) y confirmar que en las comparaciones Lee no es el que sale bien parado).

Y es que aquí Lee realiza una acometida en estas propuestas de forma algo pusilánime e indolente. No estamos en ningún caso ante un mal guión, pero tampoco ante una grandiosa y memorable obra de orfebre (como en la mentada "Jackie Brown" o en "American Gangster" (2007), "Los intocables de Elliot Ness" (1987), "Traffic" (2000), "Mystic River" (2003), "Infiltrados" (2006) o "Atrapado por su pasado" (1993) si se trata de largos de oscuras urdimbres criminales y de caza del policía al asqueante malvado). Se trata de un progreso argumental tan sólido y funcional como laxo a indolente en sus pormenorizaciones, con los trazos necesarios para aportar un enigma atractivo que vaya inmiscuyendo con comodidad a la audiencia, un drama competente que no chirríe (pero que tampoco arriesgue) y un desenfado estilizado que proporcione la sonrisa cómplice de tanto en cuanto. Pero ninguno de estos aspectos ofrece una confección singular o un fondo versado y arrojado. No es un conjunto que vaya a quedar en la memoria de forma imperecedera, ¡es más! puestos a hablar de cintas de investigaciones policiales que se meten de lleno en las organizaciones de inmundo racismo prefiero revisionar "Imperium" (2016) (film que cuenta con menos estrellas en su cartel, pero que también se basa en hechos reales y aporta algo más de hondanadas y vehemencia en su guión) que "Infiltrado en el kkklan" (film posterior a "Imperium" y del cual calca de forma descafeinada algunas situaciones).

Si no fuera por estos agujeros narrativos (que no evitan ciertos puntos de alongamiento innecesario o desidia narrativa que distancian al espectador al no decir ni aportar nada) que bajan muchos peldaños a una cinta, estaríamos hablando de un largo realmente notable. Pues, de nos ser por esas pocas pero cruciales fallas, "Infiltrado en el kkklan" se luce sobremanera en el resto de aspectos. El libreto, a pesar de poder haber aportado más contenido y un mayor equilibrio expositivo, es lo suficientemente cabal y medrado para distraer a nivel global. Y la puesta es escena es avezada. Lee regala una realización desenvuelta a la par que astuta, sin dejar de mostrar una consecución de escenas de forma natural y congruente, sabe lucirse con dinamismo en los planos cerrados más festivos y en los planos recurso más peculiares e identificativos con el "blaxploitation" (hay cenitales y aberrantes muy precisos y gustosos), la cinematografía es primorosa en todo momento, la fotografía sin hacer alardes se cuida con detalles pictóricos (ya sean vestuario, maquillaje o escenarios) muy primorosos (destaco la secuencia en la discoteca), la música es afable, oportuna y animada (ya sea diegética o extradiegética)... aunque en ningún caso imperecedera. Y las actuaciones están o bien irreprochables (desde el protagonista Washington (cuyo papel le sale de forma innata y cercana... aunque no imprime a su rol el carisma y peculiaridad que sin ir más lejos su padre sí da frente a la pantalla) hasta la concatenación de secundarios esquemáticos (los malvados son eso, malvados repulsivos y ya) que cumple con solidez) o bien distinguidas (distinguida en este caso, Adam Driver se convierte en el robaescenas de la cinta y en lo más destacado y reseñable del conjunto. Su infiltrado tan decidido y disimulado es de las mejores actuaciones secundarias de 2018. Y no soy de las personas que sobrevaloren al actor de San Diego, en la última saga de "Star Wars" me resultó una rémora más de aquel despropósito que hace buena la trilogía-precuela de George Lucas).

Así con todo estamos ante un film que en su totalidad acaba reflotando por sus alicientes (ese argumento tan sugerente, y esa forma de llevarlo a escena tan elegante y firme) que por sus errores (un guión que no explota todo lo que pudo y dar una obra maestra memorable. Pues los mimbres estaban ahí) y se convierte en una cinta distraída y amena en casi todo momento, e ilustrativa mínimamente sobre estos acontecimientos setenteros que...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Spark
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