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8
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Fantástico. Acción. Aventuras
Tras la ruptura de un acuerdo milenario entre la humanidad y ciertos poderes invisibles, el infierno en la Tierra está cada vez más cerca. Un líder despiadado decide traicionar a sus ancestros y organiza un ejército de criaturas diabólicas. Sólo un gran héroe podrá derrotar a este ejército. Se trata de Hellboy. Con la colaboración de la Agencia de Investigación y Defensa Paranormal, Hellboy viajará entre dos mundos, combatiendo seres ... [+]
6 de marzo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y así, parafraseando a su protagonista que se ve inmerso en la danzarina tecnología de la guarida del villano, Hellboy tiene más razón que un santo a la hora de hacer la analogía respecto al propio film por el que se mueve.
Esta nueva adaptación de la serie de cómics de Dark Horse (y continuación del "Hellboy" del mismo Guillermo del Toro de 2004, que ya sorprendió sobremanera con su pertinente, vistosa y extraordinaria puesta en escena) opta por continuar con el tono de desenfado argumental, impregnado dentro de un despliegue visual coronado de imaginación y arte. La anterior entrega que nos presentaba al personaje (un demonio de un mundo interestelar que llega a la Tierra por una eventualidad, adoptado desde lactante por su descubridor en la Tierra, y educado para combatir a las malignas fuerzas paranormales que pululan por la Tierra) ya se trató de un film reseñable dentro de este género superheróico tan profuso y excelso en los últimos años, pero este "Hellboy: El ejército dorado" pule con gusto aquella experiencia y la eleva con deleite (y eso que se dice que segundas partes nunca fueron buenas. Pues este "Hellboy: El ejército dorado" es una de esas excepciones junto a "El caballero oscuro" (2008), "El mito de Bourne" (2004), "El padrino II" (1974), "El imperio contraataca" (1980), "Las dos torres" (2002) y otras continuaciones que saben coger las virtudes del film original y ampliarlas con talento).
Y es que la propuesta de "Hellboy: El ejército dorado", si bien se mantiene en su corazón como una cinta de género formulaica de "caza al villano" por parte de este peculiar héroe, se mima más en su desarrollo argumental. Aportando en esta ocasión a un villano más comprensible y cercano para con el espectador (la venganza es un objetivo que conecta con mayor empuje en la audiencia que el simple hecho de "sembrar el mal porque sí"), y las facetas personales del protagonista y sus amigos resultan más abundantes, humanas y variadas (esta vez no solo se trata de Hellboy aceptándose a si mismo, sino que también tiene mucho que decir la sociedad (terreno que se cuida más en los detalles, compenetrándose con el espectador casi casi al nivel de los freaks de Tim Burton que son tan incapaces de encajar en la sociedad superficial y estética como su audiencia (admito que Burton es mi director favorito, y este "Hellboy: El ejército dorado" se le acerca mucho a sus mejores obras. Ahí es nada)). Y no daré spoilers pero atención a la vis cómica del relato que no solo está presente siempre con frases descaradas de Hellboy "para cortar el hielo" y que mantienen la sonrisa de forma triunfal (a la vez que configuran al personaje de forma justa y potente), sino que aporta algunas escenas tronchantes... solo diré que tienen que ver con "chispas" y "Azul", pero más en spoilers) que colman al relato de contenido cautivador (que no excelente).
Así pues la trama se desarrolla no solo con cadencia y progreso (no hay puntos muertos en el relato) sino con
degustación por muchos, muchos momentos. Pero el diseño audiovisual sigue siendo el principal aliciente y factor
impulsor del relato. Ya comenté en la crítica a "Hellboy" (2004) el gran acierto y la inmensa inspiración a la hora
de adaptar la estética de los personajes principales del cómic por parte de Guillermo del Toro y su equipo. Pero es que aquí están simplemente en estado de gracia. Manteniendo lo que ya era notable (las trazas y movimientos de Hellboy y Abe Sapiens) y aportando un nuevo abanico de criaturas siniestras inconmensurable (más en spoilers)...
Esta nueva adaptación de la serie de cómics de Dark Horse (y continuación del "Hellboy" del mismo Guillermo del Toro de 2004, que ya sorprendió sobremanera con su pertinente, vistosa y extraordinaria puesta en escena) opta por continuar con el tono de desenfado argumental, impregnado dentro de un despliegue visual coronado de imaginación y arte. La anterior entrega que nos presentaba al personaje (un demonio de un mundo interestelar que llega a la Tierra por una eventualidad, adoptado desde lactante por su descubridor en la Tierra, y educado para combatir a las malignas fuerzas paranormales que pululan por la Tierra) ya se trató de un film reseñable dentro de este género superheróico tan profuso y excelso en los últimos años, pero este "Hellboy: El ejército dorado" pule con gusto aquella experiencia y la eleva con deleite (y eso que se dice que segundas partes nunca fueron buenas. Pues este "Hellboy: El ejército dorado" es una de esas excepciones junto a "El caballero oscuro" (2008), "El mito de Bourne" (2004), "El padrino II" (1974), "El imperio contraataca" (1980), "Las dos torres" (2002) y otras continuaciones que saben coger las virtudes del film original y ampliarlas con talento).
Y es que la propuesta de "Hellboy: El ejército dorado", si bien se mantiene en su corazón como una cinta de género formulaica de "caza al villano" por parte de este peculiar héroe, se mima más en su desarrollo argumental. Aportando en esta ocasión a un villano más comprensible y cercano para con el espectador (la venganza es un objetivo que conecta con mayor empuje en la audiencia que el simple hecho de "sembrar el mal porque sí"), y las facetas personales del protagonista y sus amigos resultan más abundantes, humanas y variadas (esta vez no solo se trata de Hellboy aceptándose a si mismo, sino que también tiene mucho que decir la sociedad (terreno que se cuida más en los detalles, compenetrándose con el espectador casi casi al nivel de los freaks de Tim Burton que son tan incapaces de encajar en la sociedad superficial y estética como su audiencia (admito que Burton es mi director favorito, y este "Hellboy: El ejército dorado" se le acerca mucho a sus mejores obras. Ahí es nada)). Y no daré spoilers pero atención a la vis cómica del relato que no solo está presente siempre con frases descaradas de Hellboy "para cortar el hielo" y que mantienen la sonrisa de forma triunfal (a la vez que configuran al personaje de forma justa y potente), sino que aporta algunas escenas tronchantes... solo diré que tienen que ver con "chispas" y "Azul", pero más en spoilers) que colman al relato de contenido cautivador (que no excelente).
Así pues la trama se desarrolla no solo con cadencia y progreso (no hay puntos muertos en el relato) sino con
degustación por muchos, muchos momentos. Pero el diseño audiovisual sigue siendo el principal aliciente y factor
impulsor del relato. Ya comenté en la crítica a "Hellboy" (2004) el gran acierto y la inmensa inspiración a la hora
de adaptar la estética de los personajes principales del cómic por parte de Guillermo del Toro y su equipo. Pero es que aquí están simplemente en estado de gracia. Manteniendo lo que ya era notable (las trazas y movimientos de Hellboy y Abe Sapiens) y aportando un nuevo abanico de criaturas siniestras inconmensurable (más en spoilers)...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... (el matón del villano principal infunde un terror penetrante... aun moviéndose por un relato ciertamente ligero y simpaticón. Pero mención especial merecen los diseños sobresalientes de: cierto troll hembra, el brillante despliegue de todos y cada uno de los personajes secundarios (que son muchísimos) que pululan por el mercado troll (cierto personaje y su tumor incluído serán inolvidables para bien y para mal), un guía inesperado en Irlanda del Norte y cierta "muerte"). No solo la labor escultórica es soberbia, la elección de sus movimientos (o tétricamente toscos o tiernamente delicados según lo pida la trama) se escoge a la perfección. Desde luego lo que vemos en pantalla en cuestión de seres de fantasía imponente y turbadora es de 10 (y lo digo habiéndome empapado una y otra vez de la exposición de los entes del cine burtoniano: los niños peculiares de "El hogar de Miss Pegrine" (2016), "Eduardo Manostijeras" (1990), los fantasmas de "Bitelchús" (1988), la cretividad del protagonista de "Big Fish" (2003), etc.), y los decorados no le van a la zaga aunque están un escalón por debajo de la excelencia. En ese terreno los barrocos diseños de interiores se exhiben con enardecimiento (destaco el uso de los brillantes tonos ocres y amarillos del mundo élfico que transmite una época glorioso ya pasada).
Y es que la fotografía resulta notable gracias a esta dirección artística sublime. La composición de planos es refinada en todo momento, y Del Toro vuelve a aportar una abundancia de planos idónea (aunque lamentablemente vuelve a hacer un uso excesivo de la edición en las escenas de acción (nos hay más de cuatro espadazos o puñetazos verdaderamente seguidos) que se denotan algo descolocadas de forma puntual)... que se lucen más en los momentos más estáticos y tranquilos del relato. Esos planos cerrados que se abren hasta el cenital, esos focos alternos y esos planos/contraplanos muestran gran pericia y capacidad.
Los actores por su parte están en sus salsa en unos roles irreflexivos y livianos pero divertidos y multifacéticos. Ron Perlman vuelve a mostrar de forma sutil en sus gestos (ya tiene mérito ser capaz de transmitir algo entre tantas capaz de maquillaje y prótesis) una guasa cómplice y juiciosa así como una terneza innata. Selma Blair se ajusta con naturalidad a su rol, Doug Jones vuelve a legar una peculiaridad tan allegada como llamativa a la vez, y Jeffrey Tambor (como el único "humano" de este equipo superheróico) pone un contrapunto muy fresco y osado en los diálogos con sus compañeros de batallas.
En definitiva estamos ante una cinta muy abundante en sus virtudes y por lo tanto muy esplendorosa en su progreso narrativo. Para todo amante del cine de fantasía (simbólica o no), de acción, de superhéroes o incluso de comedia es de obligado visionado al menos una vez (aunque aguanta varias revisiones, y en mi caso es la única de las sagas de Hellboy que tiene reservado un sitio en mi videoteca (y eso que el formato físico ya se lleva poco, pero la ocasión lo merece)) pues supone un disfrute casi continuo con impactos pictóricos muy ingeniosos. Solo echará para atrás al público adulto que no quiera saber absolutamente nada de la fantasía, la comedia o la acción en pantalla (y tampoco es recomendable a los más niños que pueden asustarse y hasta tener alguna pesadilla con las criaturas que salen en el metraje).
Le falta poco para ser una obra maestra, ese poco es una banda sonora memorable (a lo "Eduardo Manostijeras") y unos efectos especiales mejor definidos (aunque en la secuencia inicial aprovechan el genio estético de ese cuento sobre el ejército dorado). Por lo demás, chapó y que se quiten formas del agua y laberintos del fauno, yo me quedo con el ejército dorado.
Lo peor: La banda sonora.
Lo mejor: El diseño artístico. Los detalles de jocosidad en el guión:
Hellboy: Toma bebe.
Abe: No, mi cuerpo es un templo.
Hellboy: Pues ahora es un parque de atracciones.
Y es que la fotografía resulta notable gracias a esta dirección artística sublime. La composición de planos es refinada en todo momento, y Del Toro vuelve a aportar una abundancia de planos idónea (aunque lamentablemente vuelve a hacer un uso excesivo de la edición en las escenas de acción (nos hay más de cuatro espadazos o puñetazos verdaderamente seguidos) que se denotan algo descolocadas de forma puntual)... que se lucen más en los momentos más estáticos y tranquilos del relato. Esos planos cerrados que se abren hasta el cenital, esos focos alternos y esos planos/contraplanos muestran gran pericia y capacidad.
Los actores por su parte están en sus salsa en unos roles irreflexivos y livianos pero divertidos y multifacéticos. Ron Perlman vuelve a mostrar de forma sutil en sus gestos (ya tiene mérito ser capaz de transmitir algo entre tantas capaz de maquillaje y prótesis) una guasa cómplice y juiciosa así como una terneza innata. Selma Blair se ajusta con naturalidad a su rol, Doug Jones vuelve a legar una peculiaridad tan allegada como llamativa a la vez, y Jeffrey Tambor (como el único "humano" de este equipo superheróico) pone un contrapunto muy fresco y osado en los diálogos con sus compañeros de batallas.
En definitiva estamos ante una cinta muy abundante en sus virtudes y por lo tanto muy esplendorosa en su progreso narrativo. Para todo amante del cine de fantasía (simbólica o no), de acción, de superhéroes o incluso de comedia es de obligado visionado al menos una vez (aunque aguanta varias revisiones, y en mi caso es la única de las sagas de Hellboy que tiene reservado un sitio en mi videoteca (y eso que el formato físico ya se lleva poco, pero la ocasión lo merece)) pues supone un disfrute casi continuo con impactos pictóricos muy ingeniosos. Solo echará para atrás al público adulto que no quiera saber absolutamente nada de la fantasía, la comedia o la acción en pantalla (y tampoco es recomendable a los más niños que pueden asustarse y hasta tener alguna pesadilla con las criaturas que salen en el metraje).
Le falta poco para ser una obra maestra, ese poco es una banda sonora memorable (a lo "Eduardo Manostijeras") y unos efectos especiales mejor definidos (aunque en la secuencia inicial aprovechan el genio estético de ese cuento sobre el ejército dorado). Por lo demás, chapó y que se quiten formas del agua y laberintos del fauno, yo me quedo con el ejército dorado.
Lo peor: La banda sonora.
Lo mejor: El diseño artístico. Los detalles de jocosidad en el guión:
Hellboy: Toma bebe.
Abe: No, mi cuerpo es un templo.
Hellboy: Pues ahora es un parque de atracciones.