Sí, lo sé, "Ley y Orden" no fue ni mucho menos la primera serie policiaca y/o judicial de la televisión, con casos tan episódicos como curiosos y con cierta dosis de intriga. "Perry Mason" (1957-1966), "Las calles de San Francisco" (1972-1977), "Corrupción en Miami" (1984-1990) y demás ya hicieron historia antes que "Ley y Orden", pero esta serie que nos ocupa posee cierta singularidad y una fórmula depurada que la convierte en una distracción tan inofensiva y pasajera como eficaz y agraciada.

Ambientada en Nueva York, la serie nos conduce por las investigaciones puntuales de un caso criminal por episodio... así como por el juicio y la consecuente condena (o no) del encausado. Y esto es ni más ni menos "Ley y Orden", un producto que se divide entre detectives y abogados con bastante sencillez pero con resoluciones hábiles (y hasta ingeniosas, y esto es toda una proeza dado que lleva 21 temporadas y más de 400 episodios. Siendo inevitable la repetición de casos criminales... y aun así la serie siempre nos lega alguna que otra situación de indagaciones originales e interesantes), pues sus guiones son resultones (que no brillantes. Esto no es "True Detective" (2014-) o "The Wire" (2002-08)) y honestos en todos sus capítulos.

Otra cosa es su puesta en escena que, si bien no chirría, sufre de ciertas carencias. Y es que no tenemos en "Ley y orden" ningún tipo de fotografía artística. Su cinematografía es pobre, con escenarios (tanto exteriores como interiores) poco esforzados, con una realización usual de plano/contraplano y plano recurso, y con unas actuaciones francamente sosas y nada carismáticas (aunque en sus más de 20 temporadas los cambios de reparto han dado interpretaciones más impávidas que otras. Pues no es lo mismo contar con Chris Noth o Dianne Wiest que con Jesse L. Martin o Dennis Farina).

Desde luego no estamos ante una percha a lo "C.S.I. Las Vegas" (2000-15) o "True Detective" (ojalá, pero va a ser que no), y solo destaca a nivel audiovisual en sus créditos iniciales (ya míticos y no sin razón, con ese tema musical inspirados y pegadizo, y esos retales fotográficos de la profesión policiaca y judicial), pero lo que nos ofrece es suficiente para distraernos y evadirnos de forma momentánea a todos los que gustamos de este tipo de series indagadoras y episódicas. No llega a las cotas de "The Shield" (2002-08) o "Principal sospechoso" (1991-2006), y está un escalafón por debajo de "Mentes criminales" (2005-20) o "C.S.I.: Miami" (2002-12), pero se sitúa al nivel de "C.S.I.: Cyber" (2015-16) o "C.S.I.: NY" (2004-13), y desde luego mejor que "Homicidios" (2011) o todos los spin offs de esta serie y otras tantas (como los spin-offs de "Mentes criminales" o "Navy: Investigación criminal" (2003-)) sí es.

Lo mejor: Su fórmula argumental tan resultona.
Lo peor: Las pocas ganas que le echan a su puesta en escena en líneas generales.