Netflix y MARVEL aunaron fuerzas en 2015 para crear la mejor adaptación audiovisual de uno de los superhéroes del mundo del cómic más reconocidos por los mínimamente aficionados a las viñetas (admito que no me fue un personaje desconocido cuando saltó a la gran pantalla encarnado con aptitud pero sin carisma por Ben Affleck allá por 2003, lo conocí hacia los años noventa como DanDefensor (se ve que por entonces en España no quisieron traducir al personaje con el nombre original de "Diablo Atrevido" que vendría a ser la traducción literal del inglés) en una de las historias de Spider-Man en la serie animada de los 90. En ella DanDefensor fue un gran aliado del hombre araña en un caso peliagudo), pero que no es el referente icónico ni del mundo superheróico (Superman, Spider-Man y Batman siguen siendo los reyes de la función) ni el buque insignia de MARVEL Cómics (donde tanto Spider-Man como los X-Men, Iron Man o el Capitán América le siguen ganando la batalla de la popularidad).

Aun así Daredevil/Matt Murdock (interpretado con maestría por Charlie Cox. No es que Affleck no lograra solventar al personaje (pues consiguió salvar los platos con dignidad frente a un guión pobre), pero es que Cox se mimetiza completamente con su invidente justiciero y es capaz de otorgar al personaje un anhelo de justicia imponente, una certidumbre respecto a la bondad humana tan sutil como poderosa, así como le empapa de unos ademanes innatos que lo mismo te transmiten una melancolía humana, una socarronería cercana o una rabia imperante) es un personaje tremendamente rico en su propuesta (un niño que quedó ciego tras un accidente con materiales químicos. Esos materiales le quitan la visión pero le potencian otros sentidos. Y así se torna en un adulto que ejerce de abogado durante el día y durante la noche hace de sus casos algo personal, cortando las alas a matones, mafiosos y demás organizaciones delictivas con su pericia en el combate), viene a ser como el Bruce Wayne/Batman de la rival DC Cómics (no por su estrato social, el de Murdock es de clase media baja, pero sí por los traumas de su pasado, por su preparación, por su lucha interna, y por su mente introvertida y asocial pero opulenta y repleta). Y esta serie de tres temporadas (admito haber visto solo la primera, casi imposible de superar y muy difícil de ensombrecer por sus dos siguientes que veremos si mantienen el excelente nivel) lo aprovecha, ¡vaya si lo aprovecha!

Con una conformación de personajes co-partícipe, con facciones humanas numerosas e identificativas (incluso los villanos (en especial un irreconocible e inolvidable Vincent D'Onofrio como el antagonista principal de las viñetas de Daredevil) muestran copiosas y variadas dimensiones, y sus autojustificaciones resultan tan terroríficas como creíbles (la psicopatía que muestran está elaborada con gran astucia)), con una intriga criminal inmensa e intrincada en la medida necesaria, con unas escenas de diálogos de juego indagador, con unas investigaciones detectivescas coherentes y formadas, y con un un espectáculo de combates surtido y elegante (el nivel de coreografías y su grabación logran equipararse al nivel de lo que hemos gozado en la trilogía nolaniana de "Batman" (a la que este "Daredevil" debe mucho (no oculta sus guiños, la misma presentación en sociedad del héroe enmascarado en los bajos fondos criminales es una clara referencia a esa presentación de Batman en "Batman Begins" (2005)), pero a lo que lo suyo se parece honra merece. En mi caso prefiero que traten de acercarse a productos de tan alta calidad a que intenten un enfoque diferente como pollos sin cabeza y que al final derive en una estupidez vergonzosa... a lo "DC's Legends of Tomorrow" (2016-))). El único "pero" que se le puede poner a "Daredevil" es que en puntos muy muy concretos se les va la mano a la hora de alargar silencios de misterio, pero en líneas generales la expectación e incertidumbre se mide con gran acierto.

Y así, con unos flash-backs que deben estar justo donde deben, con un estudio de personajes mimado y refinado, con una evolución argumental precisa y perspicaz, y con una puesta en escena penetrante (la realización no destaca por su cinematografía, pero sí lo hace en el gran uso de la luz y sus tonalidades en sus secuencias nocturnas y también por la incursión de una banda sonora no muy variada pero sí inolvidable (el tema principal acompaña a uno de los mejores créditos iniciales de la historia de la televisión (junto a la igualmente excelente "Juego de Tronos" (2011-2019) y la más regulera "Iron Fist" (2017-2018))), por una realización diestra y lucida (incluso los naturales plano/contraplano saben zambullirse en el tono narrativo con picados y contrapicados cuando las posiciones de poder o sumisión lo merecen, pero ojo a ciertos cenitales, planos medios, planos detalle... o a esa edición ajustada para que nos sintamos abrumados por las peleas cuerpo a cuerpo sin abandonarlas o dejar de sentir su cohesión), y por unas actuaciones naturales e inspiradas... hasta lo emblemático algunos de ellos (haga lo que haga D'Onofrio a partir de ahora, para mí siempre será Wilson Fisk/Kingpin y su labor actoral se me muestra insuperable. Pero que es acompañantes como Elden Henson, Ayelet Zurer, Wai Ching Ho o Rosario Dawson se tornan memorables).

Así pues tenemos una serie dramática de calidad: multifacética y con honduras a la par que entretenida y confortable. Muy recomendable a todo público adulto, incluso al que no sea fan de la ficción de superhéroes (con ser algo aficionado a la intriga criminal o el drama soterrado en la pequeña pantalla basta) e indispensable por supuesto a los fans del género de la fantasía o los superhéroes (me incluyo sin remedio). Pues "Daredevil" se me conforma como la mejor adaptación audiovisual de un superhéroe con actores de carne y hueso...