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México México · Monterrey, Nuevo León
Voto de Angel Sanabria:
8
Drama Luego de ser rector de la Universidad de Michoacán y como castigo por sus ideas progresistas, el cura Miguel Hidalgo es obligado a abandonar a su mujer e hijos y es enviado por la autoridad eclesiástica a un pequeño pueblo. Ahí, en San Felipe Torres, ayuda a los indígenas y monta con sus feligreces la obra “prohibida” de Moliére, “Tartufo”. Al mismo tiempo se hace enemigo de la facción más tradicional y puritana de la localidad por sus ... [+]
28 de marzo de 2012
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2010 con motivo del bicentenario de la Independencia de México se estrenó la película “Hidalgo: La historia jamás contada”; ésta presenta un retrato del cura Miguel Hidalgo y Costilla (1753-1811) muy diferente del que ofrece la historiografía oficial. En ella se muestra el lado humano, ¡y vaya que muy humano!, de este caudillo que suele envolverse en los libros de historia con un halo de santidad.

La película fue dirigida por Antonio Serrano, y el gran peso del personaje recayó sobre el actor Demian Bichir, quien se desenvuelve muy bien en su papel. La historia está ambientada entre 1767 y 1811, y nos presenta tres pasiones que tuvo el cura Hidalgo: la cultura, la vida alegre y el altruismo. Hidalgo fue un asiduo lector, se empapó de la literatura de los libres pensadores europeos, y es posible que hasta leyera a uno que otro autor protestante; de hecho, una de las acusaciones que se le llegaron a hacer fue que era un “hereje luterano”. Lo cierto es que Hidalgo fue un enamorado de la cultura, especialmente del teatro francés, a tal grado que el cura llegó a montar obras del dramaturgo Moliere en teatros rurales mexicanos.

Su segunda pasión fue la vida bohemia, incluido su ojo alegre por las mujeres y su afición al vino. No es secreto que Hidalgo tuvo mujer e hijos, pero más desconocido era el hecho de que también tuvo amoríos con otras damas; precisamente en esta cinta se retratan sus amoríos con una dama de sociedad, que representa la bella actriz Ana de la Reguera.

Su tercera pasión fue su interés por ayudar al prójimo, lo cual le llevó a mirar con ojos de compasión la miseria y el sufrimiento de los mexicanos, quienes eran vilmente dominados por los europeos. En esta faceta, Hidalgo se nos revela como el primer teólogo de la liberación en Latinoamérica, pues fue un sacerdote comprometido con las causas sociales, con ayudar a los pobres y desamparados. Es posible que su pasión por la libertad le viniera de sus lecturas de autores europeos, pero muy seguramente también le vino de una profunda reflexión en el Evangelio de Jesucristo, el cual convoca a todos los hombres a vivir en libertad.
Angel Sanabria
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